El amor hacia otra persona se puede declarar con una carta en la que guarde un hermoso poema, con un dibujo de corazones, a través de otra persona o enviando el ramo de rosas más rojas que encuentre el declarante. Es lo clásico. Pero, ¿se imaginan que le declaren amor emborrizándole la cara con un par de puñados de harina?

Seguramente que esta última opción no le iba a hacer bombear el corazón más rápido y menos aún sentir mariposas en el estómago. Quizás todo lo contrario.

Aunque no lo parezca, de esta forma entre otras, durante el carnaval en Alozaina, los mozos y mozas se declaraban antiguamente el amor. La excusa de la harina era la vía para tocar a la persona amada. Y, si esta correspondía de la misma forma se sellaba el amor entre ambos. Cuentan los más mayores que los mozos incluso saltaban los muros entre los corrales de las casas para enharinar a su amada o que producían carreras entre mocitos en tiempos de los antiguos carnavales, una fiesta que se extendía durante todo febrero.

"El harineo", cuyo origen se remonta a finales del siglo XV (1490-1500), una forma tan peculiar de celebrar el carnaval que fue declarado en 2.010 de fiesta de interés turístico provincial.

Se cree que la costumbre de usar harina durante el carnaval a modo de cortejo se inició tras la reconquista. Los árabes cultivaban los campos a través de sistemas de regadío. Una vez recuperadas las tierras por los castellanos cambiaron el cultivo por secano, sobre todo por cereales en un suelo muy húmedo que propició un gran desarrollo a las semillas. Tal fue la producción de harinas que comenzaron a usarla para enmascararse.

Aunque hay también otras teorías sobre el origen que cuentan que la tradición fue importada por los castellanos que repoblaron la villa tras la reconquista.

Aunque Alozaina es el único pueblo que mantiene la tradición de la harina durante el carnaval en la provincia no es un caso aislado en la geografía española. Esta tradición, posiblemente, de origen castellano también tiene expresiones similares en algunos pueblos gallegos, así como en la localidad de Ibi en Alicante, hábito que denominan como "Els Enfarinats", - Los enharinados-.

La tradición del harineo pechero se ha mantenido durante cinco siglos aunque en la etapa franquista fue prohibida al igual que otras fiestas del mismo corte. En los años 80 el carnaval fue recuperado por la asociación juvenil "Amigos del Carnaval". Esta asociación volvió a poner de moda el harinero, ya sin la connotación amorosa, así como las canciones de carnaval que se cantaban en las ruedas o en los columpios. En épocas de penuria la harina se sustituyó por la tizne de las chimeneas, sartenes u ollas, el azulillo para la cal o la almagra.

Este viernes a partir de las doce de la mañana y durante 24 horas los vecinos de Alozaina se cuelgan su bolsa de harina y se tiran a las calles para celebrar su particular fiesta de carnaval. Un carnaval de color blanco en el que participan cada vez más pecheros y que se ha convertido en un reclamo divertido para los visitantes.

Una vez concluido el harineo el carnaval seguirá con los concursos de disfraces de distintas categorías, entre ellos el de mascotas disfrazadas, pasacalles y el entierro de la sardina entre tortillas de masa y mucha guasa.