Alicia descubre al marido de su mejor amiga siéndole infiel. Esa misma noche cenan con la pareja. ¿Debe contarlo? Su propio marido insiste con vehemencia en que no lo haga. ¿Por qué? ¿Tiene él algo que ocultar? Un juego de mentiras y verdades que, con una perfecta maquinaria, nos dirige a un sorprendente final. Éste es el punto de partida y leit motiv de La mentira, la obra que ocupa este fin de semana las tablas del Teatro Cervantes y que cuenta con un atractivísimo elenco: Carlos Hipólito, Natalia Millán, Armando del Río y Mapi Sagastea. La obra, que dirige el argentino Claudio Tolcachir a partir del libreto de Florian Zeller, cosechó un éxito inopinado en París.

«El texto trata el límite entre el bien y el mal en las relaciones de pareja, aunque lo que dice es extrapolable a cualquier otro ámbito de la vida», aseguran Millán e Hipólito, que encarnan a la pareja formada por Pablo y Alicia.

En La mentira, el personaje de Millán sorprende a Miguel (Armando del Río), el marido de su mejor amiga (Mapi Sagaseta), con otra mujer horas antes de una cena en la que estarán los dos matrimonios. Natalia Millán se enfrentará entonces al dilema de si debe contarlo, mientras Hipólito insiste con vehemencia en que no lo haga. Una postura que la lleva a plantearse si él tiene también algo que ocultar.

Los cuatro personajes se verán encerrados en un laberinto en el que las mentiras tendrán consecuencias «sin vuelta atrás» para las relaciones y sólo se podrán arreglar con una nueva mentira o, lo que «puede ser peor», con una verdad que resulte más convincente.

Con un final «sorprendente», un «endiablado» ritmo dialógico y un lenguaje «muy coloquial», el texto, adaptado al castellano por David Serrano, mostrará la angustia de los cuatro protagonistas desde una óptica con la que el público «se reirá muchísimo».

«Son personajes muy cercanos con los que es muy fácil identificarse», apunta Hipólito, quien dice que no ha sido «especialmente complejo» meterse en la piel de Pablo, cuya actitud en la trama «comprende» aunque «no comparta en muchos aspectos».

Los dos actores, que trabajan juntos por primera vez «aunque no lo parezca» destacan la «piña» se que ha formado entre el elenco, el equipo técnico y el director: «Es de esas veces que siento que, lo que hago, lo hago gracias a los que están a mi alrededor», ha confesado Hipólito.

La mentira, aseguran Millán e Hipolito, es un montaje para todos los públicos, incluido el de menos edad. Algo que pudieron comprobar en un ensayo abierto al público en el que «prácticamente toda» la audiencia la componían jóvenes que mostraron una reacción «brutal».

Los amantes del teatro tiene, por tanto, este fin de semana una cita imprescindible en el Cervantes con una alta comedia de eficacia probada.