Mollina es tierra de vinos y haciendo gala a la tradición y cultura que le envuelve, del 8 al 10 de septiembre celebra la Feria de la Vendimia, una de las grandes citas de la localidad malagueña en la que saca a relucir su gran fortaleza dentro de este sector. Miles de personas se acercan para disfrutar del buen vino, diversas catas y otras actividades amenizadas con grupos de cante y baile.

Denominada Fiesta de Singularidad Turística Provincial, es el momento idóeno para degustar los vinos de la Deniminación de Origen Málaga y Sierras de Málaga dónde se incluyen los vinos de Tierras de Mollina, Cortijo La Fuente y Bodega La Capuchina. Y es que Mollina puede presumir de ser la única localidad de la provincia que produce más del 80% del vino con dicha denominación de origen, además de elaborar sus propios caldos.

La fiesta se remonta a hace 70 años cuando se celebraba con motivo del equinoccio bajo el nombre «feria del barrio alto». A raíz del impulso que sufrió el cultivo de la vid en la tierra, en 1987 ganó fuerza la celebración y se empezó a conocer como Feria de la Vendimia.

La plantación de vid en el municipio no se produce hasta la segunda mitad del siglo XX, sobre todo por la crisis olivarera de finales de los años 60. Las primerar uvas se vendían en Montilla y fue en 1977 cuando se creó la la Sociedad Cooperativa Virgen de la Oliva, y con el esfuerzo cooperativo se ha conseguido uno de los mejores lagares andaluces que produce prácticamente todo el vino de Denominación de Origen Málaga. Desde ese momento todo ha crecido hasta dar los primeros vinos.

Unas de las curiosidades que giran en torno a esta fiesta son los paneles de cerámica con fragmentos de antiguos pregones que hay por las calles. Un total de 24 paneles engalanan las calles de Mollina desde 2014, año en el que surgió esta iniciativa, un paseo a través del cual uno se puede empapar de algunas de las palabras que han dedicado personajes como Antonio Soler, Lorenzo Silva, Marta Sanz, Luis García Montero, Rosa Regás o Antonio Gala.