Queda Dúo Dinámico para rato. Vitales y «jóvenes de espíritu». Así son las voces de Esos ojitos negros, Quince años tiene mi amor o Quisiera ser; temas que forman parte de la memoria reciente de la música española. Mañana (20.00 horas) ofrecerán un concierto en el festival veraniego Terral.

Cincuenta años que van a celebrar en el Cervantes y con un título de lo más llamativo, Somos jóvenes. Se encuentran mejor que nunca, ¿supongo?

Manuel: Celebrar cincuenta años en cualquier profesión es ya un hito importante, tanto más si ésta es liberal y no valen las componendas ni las palmaditas en el hombro. Se suele ser bastante injusto en esas ocasiones. Si hemos llegado hasta aquí es porque somos jóvenes, para tener al público pendiente de nosotros durante dos horas con aquellas canciones, que de la misma manera han cumplido los mismos años. Nos sentimos felices y orgullosos de que el público nos haya premiado con su cariño y vamos a demostrárselo en el Teatro Cervantes, un lugar carismático en nuestra carrera.

¿Qué recuerdan de aquellos años de éxito?

Ramón: Fueron tiempos únicos, aunque pensamos que los jóvenes, en cualquier época, tienen recuerdos parecidos. Eran tiempos donde España despegaba económicamente, cuando nos invadió el turismo y en música fuimos oportunos trayendo el pop-rock en español a la juventud, que nos acogió como agua de mayo. Lo teníamos muy claro y, en nuestro caso, conseguimos nuestro propósito, el éxito como dúo y también personal.

¿Echan de menos la fama?

Manuel: La fama es algo que se puede fabricar; lo vemos en los medios y suele ser efímera. Para que la fama sea duradera debe de tener el reconocimiento de eso que tú haces bien, prolongado en el tiempo. Si la fama es estar en el corazón, la memoria y los sentimientos de las gentes, entonces no la echamos de menos: la disfrutamos.

Les llenará de orgullo saber que el público, después de medio siglo, aún recuerdan las letras de sus canciones...

Ramón: Indudablemente. Tampoco nosotros sabemos por qué, ni somos a veces conscientes de lo que ello significa, porque no hay muchos artistas que puedan presumir de ello. Pero nos complace enormemente que así sea. Nuestros conciertos se convierten en un gran karaoke, es increíble.

Después del boom, ¿qué motivó que pasaran a un segundo plano?

Manuel: Pues quizá, porque todo en la vida pasa por lógica a un segundo plano. Las canciones de los grandes, como Frank Sinatra, Elvis Presley, Simon & Garfunkel y tantos otros números uno, también han pasado a un segundo plano. Ahora están Bruce Springsteen, Adele, Usher, que inexorablemente pasarán a un segundo plano con el tiempo, eso, con suerte... Lo cual no quiere decir que esas canciones no estén en la memoria de la gente y hayan formado parte de su vida.

¿Les importa que digan que sus temas son unos clásicos?

Ramón: No, porque es lo mejor que te puede pasar. Eso de haber hecho un poco de historia y de que nuestras canciones sean como de patrimonio nacional no tiene precio. Que nos quiten lo bailao€ A nosotros y a todos€

Y a ustedes unos carrozas...

Manuel: Hemos celebrado muchos cumpleaños, pero todavía no se ha conseguido ser como Dorian Grey, eternamente joven, ¡ya quisiéramos! Pero poder estar delante del público dos horas... eso no es ser carrozas, eso es ser artistas. Tenemos la edad que tenemos, pero sentimos aún mucha curiosidad por las cosas, somos jóvenes de espíritu.

¿Cómo ven el fenómeno fan actual porque hay artistas que dan el pelotazo, pero en poco tiempo nadie se acuerda de ellos?

Ramón: La música ha cambiado sensiblemente y hoy la velocidad de internet se ha trasladado a todo. También, porque la piratería ha acabado casi con la industria musical, que antes invertía en nuevos artistas y ahora se lo piensan mucho. También nos estamos acostumbrando al usar y tirar. Es la sociedad que nos hemos dado y nunca volverá a ser como antes. Pero de los que salen nuevos, los mejores perduran.

¿Queda Dúo Dinámico para rato o han pensado en la retirada?

Manuel: El estar en esta profesión que se rige por la dureza de la oferta y la demanda, los éxitos son más éxitos y los fracasos igual. Mientras el público acuda a nuestros conciertos y lo pase bien sería tonto retirarse, pero la vida es inexorable y cuando llegue el momento nos iremos. Ya nos retiramos una vez y la segunda es más fácil. Pero aún tenemos cuerda para rato si el público nos sigue y quiere como hasta ahora.

Vamos a ponernos serios. La crisis golpea con fuerza a España. ¿Los recortes son la solución?

Ramón: Si no la solución, sí el remedio. La verdad es que en España nos habíamos pasado tres pueblos, gastando mucho más de lo que ganábamos, en una burbuja económica que ha pinchado. Los recortes deben estar en todos los estamentos, políticos, subvenciones varias y, por supuesto, en la cultura. Desgraciadamente en lo social, por duro que parezca, por una razón muy fácil de entender: no hay dinero para pagarlo y no nos podemos endeudar más. A veces, las subvenciones tampoco hacen sacar lo mejor de nosotros mismos –véase el cine español-, porque nos adocenamos y nos conformamos con algo que, si hubiese sido creado dentro de la dura competitividad, sería, sin duda, mucho mejor, al tener que ponernos las pilas doblemente, tal como va a tener que suceder ahora. Las mejores canciones de amor se hacen cuando sufres por culpa del otro. Grandes obras de grandes músicos, poetas y pintores las hicieron cuando sufrían penuria económica y lo necesitaban para vivir. Eso es quizá lo único positivo de la crisis: que rebajaremos los michelines que nos sobran en la Administración, en el cine, en las artes y en€ no lo olvidemos, la política.