No es exactamente un policiaco, aunque beba a menudo en sus fuentes y sea el género que prevalezca en la película, porque se opone a ello una naturaleza que se erige en verdadero protagonista de las imágenes. Y también es un drama que tiene un cierto sentido del humor y que pretende convencernos de que la astrología rige buena parte de nuestro destino.

En cualquier caso, supone una leve mejoría en el cine de la realizadora polaca Agnieszka Holland, que no estaba demasiado brillante en los últimos años. No está todavía a la altura de sus mejores películas, como es el caso de 'Europa Europa', si bien demuestra que tiene todavía dotes indudables para la creatividad y para la innovación. De ahí que recibiese el premio Alfred Bauer en al Berlinale y que fuera elegida para representar a su país, Polonia, en la lucha por el Oscar a la mejor cinta en lengua no inglesa.

Con la notoria novedad de que ha contado con su hija Kasia Adamik como codirectora, nada sorprendente en tanto que su padre, Laco Adamik, es también realizador, Agnieszka nos invita a un fascinante viaje con un destino privilegiado, el paisaje idílico de la frontera checo-polaca. Lo hace con una anfitrióna de lujo, la novelista Olga Tozarczuk, autora del libro 'Sobre los huesos de los muertos' en el que se ha basado. Sin ahorrar para ello esfuerzo alguno, lo que ha obligado a alargar el rodaje para recrear el entorno tanto plenamente nevado como exultante de color y de vegetación.

El personaje clave es una maestra y astróloga, Duszejko, que cuenta la historia y que es una gran amante de los animales en un lugar con frecuentes jornadas de caza. Un tema que trae consigo la muerte de animales, que duele profundamente a Duszejko, especialmente cuando una mañana comprueba que sus tres perros han desaparecido sin apenas dejar rastro. El motivo policiaco emerge a renglón seguido. No está todo bajo control en la película y hay aspectos un tanto discutibles, aunque prevalece lo más positivo.