Si algo queda claro con esta película es que Nacho Vigalondo, como demostró en su anterior y primer largometraje, Los cronocrímenes, es uno de los más firmes valores del último cine español, una reciente incorporación que revela una osadía notable a la hora de afrontar géneros tradicionales desde una nueva perspectiva y unas cualidades insólitas para crear unos personajes de una asombrosa naturalidad y unos espléndidos diálogos.

Extraterrestre ofrece una visión totalmente diferente de una supuesta invasión alienígena, de modo que aunque plantee una situación similar al clásico La guerra de los mundos, con unas naves espaciales que se han situado por encima de las ciudades más importantes del planeta, se sitúa en las antípodas de ella a la hora de acercarse al suceso y mostrar la evolución del mismo. Lejos de exprimir el terror y los efectos visuales, que aquí sin inexistentes, se centra en las reacciones de cuatro únicos personajes y hasta se permite el lujo de forjar con ellos una historia de amor y episodios de comedia. Magnífica la labor, que permite consolidar los fotogramas, del cuarteto protagonista, con Julián Villagrán y Michelle Jenner en primer plano.

Con guión del propio realizador, el comienzo es todo un referente al cine negro clásico, con un tipo, en este caso Julio, que se despierta en una cama y en casa de una mujer, Julia, a la que no conoce. Todo parece fruto de una aventura ocasional y de los efectos del alcohol, puesto que tampoco ella es consciente de lo que ha pasado entre ellos.

La mayor sorpresa, sin embargo, no es esa circunstancia sino el hecho de que una nave espacial gigantesca y de origen extraterrestre se haya situado sobre el cielo de Madrid. Un hecho que ha originado una emergencia total, de modo que la inmensa mayor parte de la población ha sido trasladada de sus hogares por vehículos militares y los pocos que no lo han sido están incomunicados. Este es el cuadro dantesco que afrontan Julio y Julia, que se enfrentan al mismo tratando de analizar lo que sucede. Ambos demuestran sentimientos muy distintos, ya que él se siente enamorado de ella pero ella no experimenta lo mismo.