No hay, de momento, indicio alguno de crisis y muy al contrario las nuevas peripecias del matavillanos Gru, la tercera de la saga, y de su corte de colaboradores, es decir Lucy y sus adorables hijas, Margo, Edith y Agnes, y en apariciones breves, exceptuando la última, los inolvidables Minions, certifican estar más en forma que nunca. Sus creadores y responsables son los mismos directores, Pierre Cofffin y Kyle Balda, pero ahora con la incorporación de un codirector, Chris Renaud, que se ha curtido en gran medida en el seno de 'Los Minions'. Sobre esta base tan estable y firme, que se plasma en un diseño digital espléndido con elementos no exentos de sadismo y de humor negro que ejercen un poder de seducción más que evidente sobre un auditorio preferentemente infantil pero no solo nutrido de pequeños, sobre tal plataforma, lo lógico es que sigan batiendo récords de taquilla.

El caso es que, en líneas generales, la cinta es algo inferior a las dos precedentes, pero sin que se deteriore el aparato creativo que les insufla vitalidad y, sobre todo, brillantez. En este sentido los comienzos son relevantes, gracias en buena medida a la rentabilidad del personaje de Balthazar Bratt, un malo con estética de los año ochenta, que tiene como principal objetivo en su hoja de ruta acabar con Hollywood y vengarse así del desprecio que la Meca del Cine le hizo cuando canceló su programa en la pequeña pantalla. Despedido por la liga Antivillanos, ya que dejó escapar al rufián que amenazaba a la humanidad, la crisis personal de Gru se pone de manifiesto de forma preocupante. Eso sí, solo hasta que un nuevo personaje entra en juego.

Se trata del misterioso Dru, que no es otro que un hermano gemelo de Gru que se han sacado de la manga los responsables de la serie. Lo peor para Gru no es la noticia, sino el hecho de que Dru es un admirador suyo que trata de imitarle en todos los terrenos y erigirse en su sucesor como matavillanos. Aunque en principio la irrupción de Dru es bien acogida y Gru incluso opta por acompañarle con Lucy y sus hermanas a su ciudad, Freedonia, pronto se hace patente que las cosas no pintan nada bien. Y es que a la postre Dru es más eficaz, eficiente y atractivo que él en todo.