Aunque los estrenos se suceden semana tras semana en los cines, no todas las películas merecen ser vistas en pantalla grande. Por ello, te presentamos las mejores opciones para disfrutar al máximo en el cine:

La selección de Antonio Dopazo:

Las chicas de la sexta planta

Nos traslada con sensibilidad y, sobre todo, con ternura, sin esquivar nunca las aristas delicadas y cortantes del tema a la Francia de los años sesenta a través de la experiencia cotidiana de un grupo de criadas españolas, o empleadas de servicio, que tratan de abrirse paso en condiciones muy duras en el país vecino. Es curioso que a pesar del tiempo transcurrido, más de medo siglo, las imágenes tienen un actualidad rabiosa y conectan de lleno con el fenómeno de la inmigración y con una de sus constantes más significativas, la precariedad con que se desenvuelven, hacinados en pisos minúsculos, trabajadores desprovistos de todos sus derechos.

Aquí, sin embargo, el fenómeno está contemplado desde la vertiente de la comedia, sin desvirtuarlo en absoluto pero buscando un toque menos dramático, y nos sitúa en una órbita distinta, ya abordada por nuestro cine en 1971 en Españolas en París de Roberto Bodegas, marcado por el hecho fundamental de que España no es, como sucede ahora, un país de acogida sino de exportación masiva de mano de obra.

La presencia de un magnífico grupo de actrices españolas, con Natalia Verbeke y Carmen Maura a la cabeza, esta última premiada con el César a la mejor actriz de reparto por su esplendida interpretación, contribuye a asentar el producto. El grave inconveniente del doblaje se ha resuelto de forma casi surrealista, aportando un acento galo al castellano con que se expresan los franceses.

En fuera de juego

Su decorado único es, en efecto y como anticipa el título, el mundo del fútbol, pero esta comedia con toques amargos es bastante más que una película sobre el deporte rey. Es más, su agudo sentido del humor y los espléndidos diálogos, arropados por dos excelentes protagonistas, el español Fernando Tejero y el argentino Diego Peretti, nos meten de lleno en una historia sobre perdedores, sobre esas personas que tratan de demostrar todo aquello que no son, moviéndose en la mediocridad cuando se hacen pasar por poderosos e influyentes.

Todo ello comporta un producto a menudo brillante y divertido que muestra las diferencias que separan a españoles y argentinos, pero también los puntos en común, a la hora de negociar y de intentar sacar cada uno la mayor tajada. Extrayendo un partido notable de las diferencias en el idioma a la hora de emplear términos específicos en un español con diversas peculiaridades.

El director David Marqués, autor de dos títulos interesantes, Aislados yDesechos, cotiza al alza tanto en el plano narrativo como de cara a la taquilla. Lo más destacado, con mucho, es que detrás de la sonrisa del espectador se oculta un toque de amargura y de lástima.

Blancanieves y la leyenda del cazador

Su mejor apuesta es, sin duda, su factura visual y estética, que brilla a considerable altura, y aunque en el plano dramático las cosas no estén al mismo nivel y su exceso de metraje, más de dos horas, provoque algún altibajo y una pérdida de vitalidad, hay que reconocer que el espectáculo no se ve frustrado y es brillante en ocasiones.

Es más, podría considerarse más entonada que la versión que vimos el pasado mes de marzo, dirigida por Tarsem Singh y protagonizada por Julia Roberts. Un factor que hay que recalcar teniendo en cuenta que estamos ante el debut en la pantalla del director Rupert Sanders, un profesional muy cotizado en el mundo de la publicidad que denota virtudes innegables para la realización.

En su visión del célebre y tradicional cuento hay, desde luego, influencias de El señor de los anillos, sobre todo en su supeditación a la épica medieval, y bastantes menos de la propia concepción de la literatura infantil. Charlize Theron, por su aporta, aporta belleza y maldad apreciables al personaje de la malvada Reina Ravenna, mientras que Kristen Stewart es una Blancanieves menos inocente y más aguerrida que de costumbre.