Tras componer los guiones, primero de "Vaya semanita" y después de "Ocho apellidos vascos", Borja Cobeaga ya sabía que el público entendería "Negociador", una parodia tragicómica de los intentos del gobierno por cerrar un acuerdo de paz con ETA durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.

De hecho, apunta Cobeaga en una entrevista con Efe, "Diego (San José, coguionista con él en el programa de televisión y en ambas películas) y yo teníamos la seguridad de que ya lo habíamos hecho (tratar con humor el 'tema vasco') y no pasaba nada; nunca pensamos en reacciones exageradas porque hay madurez en el público para aceptar esas cosas".

"Creo -afirma- que se intenta transmitir que no hay madurez y la realidad nos da muchas lecciones en ese sentido".

El donostiarra, que ahora vive en Barcelona, recibe a Efe en las dependencias de la Casa Vasca en Madrid unos días antes del estreno nacional de "Negociador", el próximo 13 de marzo, ya que la cinta se vio y fue premiada como mejor película vasca en el pasado Festival de Cine de San Sebastián.

"Me sorprendió mucho que la gente se riera en el pase de San Sebastián; quizá se entienda -especula- en el contexto de Donosti, donde todo lo que tiene que ver con el lenguaje resulta muy cómico".

Y explica que, cuando estaba escribiendo la historia dudó del tono por ver "a quién quería que fuera dirigida" y, finalmente, optó por ser "más seco".

"Tenía ganas de probar otro tipo de comedia, con limitaciones, pero con absoluta libertad, y en ese sentido ha sido una experiencia muy satisfactoria", apunta el también director de "Pagafantas" y "No controles".

Basada en los intentos de Jesús Eguiguren, entonces presidente del Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra, por firmar un acuerdo con la cúpula de la dirección etarra, "Negociador" se ríe, aunque con sonrisa amarga, de cómo Xabier López Peña, Thierry, dinamitó la tregua.

Un Carlos Areces "inquietante y nada gracioso" interpreta a este trasunto de Thierry, "un tipo que se mostraba muy campechano y cuando se ponía serio se te helaba la sangre", explica Cobeaga, mientras el sobresaliente actor vasco Ramón Barea interpreta a "Manu Aranguren", alter ego de Eguiguren.

José Antonio Urrutikoetxe, Josu Ternera, que en la película es Jokin (Josean Bengoetxea), "parecía más duro pero luego en el trato era más normal; Thierry era ciclotímico, nunca se sabía por dónde te iba a salir".

Contrastes, apunta Cobeaga, que están en el origen de la película, como "que te imagines una cosa solemne, matemática, calculadísima y luego lo que pasaba en la mesa de negociación; la solemnidad que se espera de un acontecimiento así y cómo afectan los pequeños detalles cotidianos, a veces, incluso cutres del factor humano".

Desde si había dormido bien o sabía o no usar el móvil; si comían mal porque no podían usar tarjeta y se quedaban sin metálico, a si la traductora trabaja o no en domingo.

Para el vasco, nominado al Oscar en 2007 por su corto "Éramos pocos", "la crisis nos ha ayudado en el sentido de que, de repente, nos ha sacado de las portadas de los periódicos, que siempre era nacionalismo, violencia, conflicto vasco, y ahora -reflexiona- el ombligo ha cambiado de sitio".

Comenta que "Ocho apellidos vascos II" se reescribirá "hasta el último minuto, aunque se empiece a rodar en mayo" y retomará, junto a San José, el proyecto aparcado sobre el personaje de tebeo "Superlópez", que dirigirá Javier Ruiz Caldera.

"Mola -dice-, fantasía, acción, tíos volando"... aunque reconoce que "el garaje de Jordi Pujol junior tiene una película descomunal" y se le iluminan los ojos cuando describe "cómo enumeraba sus coches y, poco más o menos, decía que se los había encontrado en un basurero".