Se angustia un poco Mario Casas cuando se le recuerda que, según los productores del sector, es el único actor joven español capaz de llevar al cine al público suficiente para hacer rentable un filme. “Es un asunto que mete presión a mi vida, e inmediatamente pienso cuánto durará esta buena racha.

Creo que la gente es muy amable, porque también he tenido pinchazos, y parece que los han olvidado”. Fuga de cerebros y, sobre todo, A tres metros sobre el cielo (adaptación de la novela de Federico Moccia) donde encarnaba al atractivo “chico de la moto”, le han granjeado esa fama de taquillero. “La relativizo mucho. Mi experiencia y la de actores de mi edad que se lo están currando una barbaridad sin tener la suerte de despuntar, me demuestra que aquí hay que ser corredor de fondo y mantener la cabeza fría. Hay que ahorrar para las vacas flacas, prepararse y estudiar”.

Este coruñés de 25 años debutó en el filme de Antonio Banderas El camino de los ingleses. “Siempre le estaré agradecido, aunque por ahora no me veo siguiendo sus pasos en Hollywood. Me queda mucho que hacer por aquí ”.

La popularidad le llegó gracias a la serie Los hombres de Paco, en la que encarnaba a un agente que encandiló a la parroquia “porque era el novio ideal”. Otro policía radicalmente opuesto -duro y de gatillo fácil-, le permite cambiar de tercio en su nuevo filme. “Es un tipo complejo, que empieza buscando el éxito a cualquier precio, para mejorar su vida, y acaba fracasando en lo esencial: lo personal”.

En Grupo 7 encabeza un equipo de inspectores de la brigada antidroga que ha de limpiar el centro de Sevilla cara a la Expo’92. En verano estrenará Tengo ganas de ti, la secuela de las aventuras del romántico motero “en la que el chaval madura y vuelve a sus orígenes pero con una mirada adulta”. Y suma y sigue.

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