Arnold Schwarzenegger está decidido a convertirse en el rey de la secuela. Desde que decidió aparcar su carrera política y regresar al cine ha filmado la secuela de Los Mercenarios, ya ha firmado para la de Los gemelos golpean dos veces y está totalmente dispuesto, si se tercia, a rodar alguna más.

Entre las posibles secuelas que el resucitado -para el celuloide- Schwarzenegger puede encarar en los próximos meses están la de Mentiras arriesgadas y también la de Terminator. A esta última parece que es a la que le tiene más ganas el Governator, que quiere enjugar el mal sabor de boca que dejó la última entrega de la franquicia, Terminator Salvation, que -a su entender- fue simplemente "horrible".

"Estoy abierto a todas esas cosas, si se trata de Mentiras arriesgadas, de Terminator... un Terminator bien hecho. El último fue horrible", afirma Schwarzenegger sin morderse la lengua en declaraciones a Collider.

"Se esforzaron, no es que no lo intentaran... con las actuaciones y todo lo demás. Pero se les escapó el tren", sentencia el veterano actor cuya participación en la cuarta entrega de la franquicia se limitó a lucir su joven y lustroso palmito -gracias a la tecnología CGI- en una cadena de montaje de T-800.

Dirigida por McG (Los ángeles de Charlie) y estrenada en 2009, Terminator Salvation estuvo protagonizada por un puñado de caras de sobra conocidas como las de Christian Bale, Sam Worthington, Anton Yelchin, Moon Bloodgood, Helena Bonham Carter o Michael Ironside.