Aunque no es muy amante del balompié, buena parte de su filmografía está ligada a este deporte, desde Días de fútbol y El penalti más largo del mundo a su próximo filme, En fuera de juego,en el que este actor cordobés de 43 años , popular por la televisiva Aquí no hay quien viva, encarna a un representante deportivo al que el destino encomienda la carrera de una joven promesa.

Aunque el fútbol no sea lo suyo, ¿Tiene equipo favorito?

Si tuviese que comer de eso, pasaría hambre. Soy del Córdoba y me siento muy orgulloso de sus progresos. Es un equipazo. Y después, del Madrid, donde hay gente a la que conozco, aprecio y admiro, como Casillas, el mejor portero del mundo, y Sergio Ramos.

¿Es usted flaco de natural o se pasa el día contando calorías?

Soy flaquísimo, siempre he tenido complejo, aunque por suerte he engordado un poco. Como mucho y de todo, para coger peso. Ahora empieza a preocuparme la tripa cervecera, la curva de la felicidad.

¿Va al gimnasio?

¡Me he vuelto a apuntar, una vez más! Espero no morir en el intento, me aburre una barbaridad. Hago bici en casa y camino muchísimo, eso sí.

¿Cuál es su plato favorito?

El cocido, el arroz en todas sus variedades y el salmorejo de mi madre. El mejor del mundo.

¿Su restaurante preferido?

El Capipén, en Madrid, al lado del Senado. Sirven unos mejillones de roca con una salsa maravillosa, y el servicio es inmejorable. Fue el tablao de Lola Flores en tiempos.

¿Es hogareño o más de salir?

Me encanta la noche aunque sea para leer, estudiar, ver cine o pasear con mis perros. Me gusta mucho la fiesta, pero cada vez cuesta más salir.

¿Recomienda algún local?

El Carbones, por la madrileña zona de la calle Huertas. Allí me suelo encontrar amigos, y el ambiente es muy agradable.

Y si se tercia salir a ligar, ¿cómo es su uniforme de batalla?

Para empezar, si salgo es a ligar. Y no se me da mal. Utilizo mi sentido del humor. Soy buen seductor porque físicamente, materia prima hay poca, aunque reconozco que con los años algo he ido ganando.

¿Qué le aburre mortalmente?

Me aburro yo a mí mismo cuando me levanto con mucha pereza, y también me aburre la gente que dice que se aburre.

¿Con qué se entretiene más?

Haciendo reuniones con mis amigos, charlando, jugando o cantando karaoke.

¿Y las redes sociales?

Utilizo el twitter, aunque en ocasiones los impulsos juegan malas pasadas. Soy muy sincero, y eso hace que a veces se malinterprete.

¿Qué libro recomienda?

Tokio Blues, de Murakami. Me encanta cómo mezcla la fantasía con la realidad. Es un libro conmovedor que narra una educación sentimental, y también habla de las pérdidas que implica toda maduración.

¿Su película favorita?

Con faldas y a lo loco de Billy Wilder, o cualquiera de este director. O de Jack Lemmon, mi actor favorito.

¿Qué suena en su iPod?

Casi todo. Me gusta desde la copla al rock & roll, depende del momento. Sabina, Buika, Miguel Poveda, Luz Casal... La música es un buen relajante.

¿Qué le pone nervioso?

Las injusticias, los abusos y leer el periódico por las mañanas. Cuando me enfado, soy bastante insoportable, pero se me pasa pronto. Eso sí, tengo que respirar, contar hasta diez y buscar un instante de soledad.

El aroma y color que le relajan.

El olor de azahar, paseando por la Judería de Córdoba. Mi color es el azul. Me tranquiliza, quizás porque tiene que ver con el mar.

Para navegar, ¿barco o internet?

¡Barco, sin duda! Perderse en el mar es una de las experiencias más relajantes que hay, la mejor forma de evadirse de un mundo al que no siempre sientes que perteneces.

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