Existe, sí, el huevo frito perfecto, Aunque como señala Rafa Alberdi, que regenta el restaurante Kaiku de Barcelona, donde se han realizado las fotografías del proceso, hay dos maneras de hacerlo y con resultados distintos, tal como se reflejan y explican en las imágenes.

Uno es el método académico, y otro, el de la abuela. Esta última es la manera como suele hacerse en casa. Pero degustado el académico, es difícil volver a la manera de toda la vida por la perfecta combinación: una clara hecha y una yema toda ella jugosa.

A la manera tradicional

  1. Poner aceite en la sartén, sólo la cantidad necesaria para cubrir su fondo
  2. Esperar a que el aceite esté bien caliente antes de echar el huevo. Evitará que absorba más grasa de la necesaria
  3. Con la cuchara ir echando aceite de la sartén por encima del huevo hasta que la clara quede opaca y con puntillas tostadas
  4. Sacarlo de la sartén con la espumadera para evitar coger también aceite, escurrir suavemente y servir en el plato
  5. La clara está hecha y alrededor han quedado las puntillas crujientes. La yema está jugosa, y en la parte inferior ha quedado solidificada

A la académica

  1. Utilizar al menos medio litro de aceite para que el huevo quede sumergido totalmente cuando se eche a la sartén
  2. Cuando el aceite está bien caliente se echa el huevo; con el contacto del aceite, la clara se espesará
  3. El huevo se sumergerá totalmente en el aceite, y la clara envolverá toda la yema
  4. La clara irá cogiendo el color tostado. El huevo se retirará con la espumadera cuando se observe crujiente
  5. El aspecto despista, pero al pinchar la clara con un cuchillo, del interior surge toda la yema poco hecha en su jugo porque ha sido protegida de forma natural por la clara al sumergirse totalmente en el aceite caliente

Requisitos para hacer un huevo frito perfecto

  • Sartén pequeña y poco honda de piedra antiadherente
  • Espumadera y cuchara
  • Huevo ecológicos o de proximidad a temperatura ambiente. Romper la cáscara en un bol. Nunca directamente en la sartén por si cae algún resto.
  • Aceite de oliva. A una mayor calidad, la temperatura de degradación será más alta y el estómago lo agradecerá.
  • Sal. Nunca echarla antes al bol con el huevo para evitar que este desprenda líquido acuoso que hace chisporrotear el aceite.
  • Pan esponjoso que pueda mojar bien la yema.
  • Bebida. Mejor un vino tinto joven equilibrado y ligero sin demasiada estructura