Puerta de Málaga
El huerto en la avenida Europa que sana a los mayores
Los cerca de 5.000 m2 del Huerto urbano Puerta de Málaga, al final de la avenida Europa en terreno del Ayuntamiento de Málaga, son trabajados en su mayoría por mayores de 70 años que así esquivan la soledad y las enfermedades
A sus 81 años, Juana Barranco, vecina de la Carretera de Cádiz, se afana con sus tomates en su particular ‘reino’ de 27 m2 al final de la avenida de Europa. «Esto es una cosa estupenda. He sido operada dos veces de cáncer y hace poco mi marido se fue después de 60 años juntos. Si no tuviera mi huerto me habría sentado a llorar en mi casa y a ver la televisión. Esto es una alegría, a los mayores nos da vida y hace que el coco no funcione mucho», confiesa.
Su parcela de 27 m2 es una de las 148 del mayor huerto urbano de Málaga capital, una parcela municipal de unos 5.000 m2 entre el IES Santa Bárbara, las vías del tren y la urbanización Puerta de Málaga, de donde toma su nombre: Huerto urbano Puerta de Málaga.
Y una particularidad: además de productos tradicionales de la huerta se pueden encontrar también papayas, pitayas, fisalis, plantas medicinales, aromáticas y hasta algodón.
«Un vecino socio nuestro se lo propuso en 2015 al entonces concejal Raúl Jiménez», explica Santos Azerrad, presidente de la Asociación de Amigos del Huerto Puerta de Málaga.
Como detalla el presidente, se trata de un huerto ecológico: «Sólo usamos estiércol y materias orgánicas, nada de química y los socios pagan una pequeña cuota anual de 40 euros por el mantenimiento».
Ayuda a los mayores
Pero el gran éxito de este espacio verde en la ‘ultraurbanizada’ Carretera de Cádiz, recalcan Alberto Rodríguez y Pedro Arenas, miembros de la asociación, es el bien que hacen a las personas mayores, en un colectivo en el que la mayoría supera los 70 años.
81 tiene Paco, un malagueño de Casarabonela, vecino del barrio de La Luz, que estuvo 55 años trabajando en Francia. «Mi pensión es de allí pero me la gasto aquí», bromea mientras muestra los primeros calabacines de la temporada. El huerto, cuenta, le sirve para distraerse y hablar.
De la misma quinta que Juana y Paco es Francisco, que muestra con orgullo su parcela, en la que ha sembrado cebollas, tomates, berenjenas, pimientos, coles, calabacines y ajos. «Aquí estoy desde primera hora, viene uno a entretenerse y a pasar el tiempo porque si no, ¿qué hace uno por ahí?», plantea.
Otra clara ventaja que Francisco ve al huerto es «que de aquí te comes una cosa buena porque lo que lleva es estiércol y agua, nada más», remarca.
«Esta es mi rehabilitación»
En el caso de Juan, nacido hace 61 años en Ardales y que vive cerca, sufrió dos ictus que le inmovilizaron un brazo y parte de la cara, algo que ya apenas se nota gracias al trajín en su terrenito. «Por lo menos me levanto y estiro los dedos; esta es mi rehabilitación, poquito a poco», confiesa.
Muy cerca está Manuel Gutiérrez, secretario de la asociación, quien hace hincapié en «el dinero que se ahorra la Seguridad Social por mantener a las personas mayores activas».
Manuel habla bajo una pérgola cubierta de jazmines levantada por los socios, que le han añadido un segundo cuerpo con parras. Junto a él está Pedro Ruiz, de 68 años, quien explica que hace poco ha estado «15 días en el hospital con un suero puesto y estaba loco por venir aquí».
Vuelve el riego
Los socios además han comprobado cómo, esta misma semana y después de cuatro sin riego volvió a regarse el huerto, esta vez con agua del freático y se instalaba una «abonadora para el sistema de cloración», informan fuentes municipales, para que pueda volver a regarse con el agua de un pozo municipal, previo análisis periódicos «para comprobar la calidad del agua y la ausencia de legionella. En todo caso, en este intermedio sin riego de pozo han contado con la ayuda «de arriba» y la lluvia ha compensando la falta.
El presidente Santos Azerrad aprovecha para subrayar el compromiso de esta activa asociación con los árboles y jardines de Málaga, preocupada por su supervivencia y que ha ayudado en replantaciones varias veces.
El huerto, además, cuenta con un vivero que pronto se transformará en invernadero y una compostera, al servicio de todos los socios, en la que echan los restos y se van descomponiendo de forma rápida gracias al buen apetito de unas lombrices americanas, «que compostan más rápido», precisa Manuel Rodríguez.
400 personas en lista de espera
El éxito del mayor huerto urbano de Málaga -que aún no conoce el alcalde Francisco de la Torre y al que los socios invitan- no sólo se mide por los efectos tan beneficiosos para los usuarios, la mayoría veteranos, también por una lista de espera de más de 400 personas.
Esta cifra, por cierto, les hace pensar en la necesidad imperiosa de muchos más huertos urbanos municipales en la ciudad. El de Puerta de Málaga es sin duda un gran ejemplo a seguir.
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