Visitar los cementerios, contemplar las tumbas y dar un paseo por el entorno de los que ya descansan es cada vez una práctica más habitual en España. El conocido como «necroturismo» es una práctica muy habitual fuera de nuestras fronteras e incluso existe una Ruta Europea de Cementerios.

Andalucía tiene varios camposantos dignos de visitar, algunos de ellos forman parte de esta ruta -atípica para muchos- y pueden visitarse este fin de semana. Uno de ellos es el cementerio de Nuestra Señora de la Salud en Córdoba. Un espacio que se planteó por vez primera en 1804 con motivo de una epidemia de fiebre amarilla. Tras varios problemas, hasta 1833 no se consolidó como un cementerio permanente. En el interior aún se conservan algunos panteones de estética ecléctica, construidos en el último tercio de la centuria decimonónica. En todos se conjugan, junto a la arquitectura, el relieve y la escultura de bulto que forman un conjunto plástico donde se evidencia la estética funeraria de finales de 1800.

El cementerio municipal de Granada es otro de los que se puede visitar estos días. La necrópolis forma parte del monumento del conjunto histórico de la Alhambra. En su interior, además de alojarse las tumbas de gran parte de las personas relevantes de la ciudad, acoge interesantes muestras de escultura y arquitectura funeraria de los siglos XIX, XX y XXI, muchas de ellas catalogadas y realizadas por arquitectos, escultores y artistas significativos granadinos, españoles e internacionales.

El Cementerio Inglés de Málaga es el tercer y último cementerio de Andalucía que forma parte de esta ruta. Su singularidad radica en que es el primer cementerio protestante que se estableció en España, en concreto, en 1830. Uno de las primeras tumbas fue la de Robert Boyd, el joven irlandés que lleno de ideas de libertad acompañó a Torrijos y sus compañeros en su empresa, siendo fusilado con ellos en las playas de San Andrés.

A partir de 1832 empezaron a enterrarse también los extranjeros de otras nacionalidades y en 1846 todo el terreno, que en principio fue solo jardín, se consagró como lugar de sepultura.

No forma parte de la ruta pero también merece la pena conocerlo. Bajo el cementerio de Monturque (Córdoba) se extiende un interesante conjunto de construcciones subterráneas descubiertas en 1885, que el profesor P. J. Lacort estima que fueron en su origen cisternas para almacenar agua; las Minas, como las llaman en el pueblo, están formadas por doce cámaras cubiertas con bóvedas de medio cañón y distribuidas en tres naves paralelas, con aberturas circulares en la parte superior.

El cementerio de Casabermeja es otro de los camposantos que presume de una belleza singular y merece la pena visitarlo. Conformada por un conjunto de originales panteones, túmulos y pináculos, fue construido según normas elementales de la arquitectura popular que le valieron para declararlo como Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural.

Además, en Casabermeja se creó el falso mito de que se entierran los muertos de pie debido a la estructura de los nichos, pero no es así, esto se debe a que cada nicho tiene un frontón que se eleva y visto desde la autovía puede parecer que los muertos se entierran de pie.

No todos los municipios españoles tienen el privilegio de custodiar los restos de sus antepasados en una auténtica fortaleza. Los vecinos de Benadalid, en plena Serranía de Ronda, sí pueden presumir de ello, ya que su camposanto se encuentra enclavado en el histórico castillo del pueblo, que entre sus muros guarda el recuerdo de las batallas y las vivencias que presenció a lo largo de los siglos.

El castillo fue construido en el siglo II durante el periodo de ocupación romana, siendo utilizado como torre vigía para controlar la vía que conducía a los viajeros desde Sevilla hasta Algeciras. Posteriormente, sus sucesivos moradores -visigodos y musulmanes- realizaron múltiples reformas en la fortaleza, hasta que en el siglo XV pasó a ser la residencia oficial del Señorío del Conde de Feria. En 1821 fue adquirido por el Ayuntamiento de Benadalid y actualmente es utilizado como cementerio municipal.