Vajar es la experiencia más enriquecedora que existe ya que nos da la oportunidad de conocer otras culturas, idiomas, personas y paisajes sorprendentes. Sin embargo, hay viajes que van un paso más allá y te marcan de por vida gracias a su herencia espiritual o a la sensación de fusión con la naturaleza. Estos son sólo algunos de ellos.

Benarés (La India)

Según el hinduismo, todo aquel que muera en esta ciudad sagrada será liberado del eterno ciclo de las reencarnaciones, alcanzando el ansiado nirvana. Esta creencia, sumada a la de la liberación de los pecados en el río Ganges, hace que Benarés se llene cada año de miles de peregrinos dispuestos a despedirse de sus vidas, llenando el ambiente de una paz y serenidad que convierten a esta ciudad en un lugar fascinante.

El Tíbet (China)

Pese a que el Ejército chino destruyó un gran número de monasterios durante la Revolución Cultural, hoy en día en el Tíbet se mantienen intactos palacios, templos y grandes estatuas budistas que hacen de este viaje uno de los más espirituales que puedas realizar. Sus paisajes, su cultura, su historia y, especialmente, su gente, convierten al Tíbet es uno de los lugares que se deberían visitar una vez en la vida.

Bagán ( Myanmar)

La ciudad de las cuatro mil pagodas es una de las auténticas maravillas que componen Myamnar, un país majestuoso que ha sabido mantener intacta su pureza. Este imponente conjunto arquitectónico se extiende a orillas del río Ayeyarwadi sobre una superficie de 104 kilómetros cuadrados. El propio Marco Polo ya describió Bagán como "uno de los espectáculos más hermoso del mundo".

Trolltunga (Noruega)

La "Lengua del troll" o Trolltunga es un impresionante mirador de piedra suspendido a 700 metros de altura sobre el lago Ringedalsvatnet. Este imponente lugar sólo es accesible desde junio hasta mediados de septiembre, y para llegar a él hay que superar una ruta de unos 22 kilómetros a través de las montañas noruegas. Pero el premio de fusionarte con la naturaleza y contemplar los espectaculares fiordos con sus verdes valles y sus lagos cristalinos bien merece la pena.

El camino de Santiago

Aunque no sea un destino en sí mismo, si tantos extranjeros aseguran que es una experiencia inolvidable, ¿por qué no hacerles caso? Puede que al tenerlo entre nuestras fronteras no lo valoremos como es debido, pero hacer el Camino de Santiago y demostrarte a ti mismo de lo que eres capaz es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida. Algunas de sus rutas han sido incluso declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.