Ya se ha presentado en sociedad el anuncio del año. El anuncio de la Lotería de Navidad. Con firma de pedigrí. Es obra de Alejandro Amenábar. El propio anuncio del anuncio ya es todo un spot que se vende solo. Que genera impacto mediático. Ruido en las redes. Como viene sucediendo en campañas precedentes impulsadas por cineastas reconocidos, de Álex de la Iglesia a Iciar Bollaín , de Daniel Sánchez Arévalo a J. Bayona .

El anuncio de la Lotería de Navidad de Amenábar, en realidad, es un cortometraje de 19 minutos del que se han extraídos varias versiones breves para ser exhibidas en las ventanas televisivas. Unos dicen que es demasiado frío y cerebral, mientras el propio autor ofrece un mensaje de amor universal como valor supremo. Recuerden el lema de Loterías, ese de que "lo mejor de la suerte es compartirla".

Con la mirada de extrañeza con la que suelo mirar al mundo, veo la Lotería navideña como la estafa piramidal legal mejor montada de todo el calendario. Este año se han puesto en circulación décimos por valor de 3.400 millones de euros. Es decir, que los españolitos de a pie abonarán de forma alícuota esa cantidad para que, más tarde, solamente el 70% de dicha cifra llegue a los ganadores. Un 30% se queda en el camino. Los afortunados de cada 22 de diciembre no hacen más que ingresar los dineros depositados por sus compatriotas en un consentido tráfico de ilusiones que apuntalan desde hace años campañas publicitarias, esas sí, millonarias. Lo bueno de este 22 de diciembre, para quienes no soportamos esos informativos repletos de gente haciendo el ganso en la calle, es que la Lotería no va a durar ni un Telediario. Los informativos del 22-D serán 100% catalanes. No hay mal que por bien no venga.