Sí, sí, monísimos. Dicho esto, no soporto a los nenes que han elegido para hacer de niños con el adulto David Bustamante, que agradece a TVE la oportunidad de volver al cole -durante estas fiestas-, a jugar en las aulas, a ir de excursión, a reír y divertirse. En resumen, Busta está feliz Fuera de clase. A ver si nos aclaramos, colega, ¿estás feliz por volver a clase, o por salir de ella? Lo primero que me llama la atención, pero no una atención cualquiera, no, es una atención espantosa que me deja, diría Cervantes, admirado y suspenso, es la forma que tienen los críos de hablar.

O sea, como los adultos que vemos en la tele, gritando. Bueno, chillando. ¿Quiénes son estos?, pregunta el ex albañil refiriéndose a dos gemelos sevillanos conocidos como Gemeliers. Los niños chillan como poseídos gritando sus nombres, saltando, señalando con el dedo. Precioso. Luego se ponen a preguntar como lo haría, no sé, ¿Ana Rosa Quintana, tal vez Mariló Montero? ¿Tenéis novia?, inquiere una mocosa. ¿Quién de los dos liga más?, pregunta una segunda niña como, no sé, ¿María Teresa Campos? Tenía que haberlos dejado allí. Pero ya era demasiado tarde. Los gemelos empezaron a cantar. A pelo.

Menos mal que luego llegó el mago Jorge Luengo y con sus artes sacó lo mejor de los niños, es decir, que reaccionaran como niños ante lo increíble. Todo es fruto de tu imaginación, decía una cría. Como lo de Rajoy, pero ese es otro chiste. ¿Se puede ver Fuera de clase, justo antes del Telediario de la noche? Pues claro que sí. Es un retrato muy bueno de cómo son los nenes de hoy. Qué penita. Son televidentes natos.