En ´Millennium´, el programa que emite La 2 los lunes a las tantas de la madrugada y que presenta con una calma antigua, clásica, Ramón Colom, trató hace unos días, tal como aquí comentamos, el periodismo en los tiempos del Twitter, y de Facebook u otras redes sociales, añadiría yo.

Digo esto porque remoloneé con la abrupta despedida de Jesús Cintora del programa 'Las mañanas de Cuatro' Mediaset, como negándome a la evidencia de relacionar una cosa -su vehemente periodismo- con la otra -las presiones del PP, que se siente agraviado-.

Dicen que las fotos de Margallo en los toros el día de los atentados en Túnez fue la gota que llenó el vaso al Gobierno. Pero la entrevista con Rafael Hernando, bronco portavoz parlamentario del PP, cuando Ana Pastor dimitió, anunciaba tormenta. En su día no la vi. Pero alguno de mis contactos en Facebook la colgó en el muro. Son 6 minutos de intensidad televisiva, de asco político, de hallazgos nauseabundos de lo que es el poder. El vídeo está hecho con la cámara de un móvil ante la pantalla de la tele, es decir, que alguien, oliéndose el pastel, empezó a grabar poco después de que el periodista diera paso a la conexión en directo con el portavoz parlamentario.

Lo que se ve y se oye no es para que te lo cuenten sino para verlo como ciudadano, que de repente se siente ofendido, agraviado con estos políticos chulescos que ejercen un matonismo periodístico que indica lo que se ha de preguntar o descartar, y cómo hay que hacerlo para que el Gobierno no sufra mucho. Cintora está en la calle. La ley mordaza del PP no es una broma.