Tenía ante sí un muro de dificultades para salir adelante, sobre todo teniendo en cuenta dos factores de peso, la delicadeza del tema que aborda, donde el elemento homosexual es fundamental, y la condición de opera prima de la cinta, con un Francis Lee que debuta poniendo a prueba sus aptitudes narrativas y su sensibilidad.

Pues bien, ambas cuestiones la ha superado el director y guionista con soltura y con clase y prueba de ello es la cosecha de galardones que ha recibido, desde el Premio Especial del Jurado en Sundance al mejor director y el de mejor largometraje británico en el Festival de Edimburgo hasta el del Premio del Jurado a la mejor cinta del certamen de Transylvania. Distinciones que abren perspectivas enormes a un cineasta más que prometedor.

La virtud esencial de los fotogramas radica en su enorme potencial para describir tanto los seres humanos como el entorno físico en el que se mueven. Es aquí, especialmente en el primer aspecto, en donde Lee sabe implementar los recursos adecuados para establecer un puente de conexión íntima que aporta la credibilidad necesaria.

Así, la historia cobra su verdadero sentido cuando irrumpe la figura de Gheorghe, un rumano que ha sido contratado por Johnny, un joven ganadero del norte de Inglaterra, para que le ayude en las tareas de la granja en la época del parto de la ovejas, pero previamente se habían colocado las piezas para que el relato fuese coherente y sólido en el terreno dramático.

Lo primero, por supuesto, es captar la realidad de Johnny, que desde que la madre se fue de casa debe hacer frente, con la ayuda solo de una abuela callada pero atenta y lúcida, a las obligaciones de la granja. En segundo lugar está la vida cotidiana de un muchacho un tanto díscolo que no ha asumido plenamente su condición gay, a pesar de las experiencias sexuales que vive al respecto.

Finalmente y ya un terreno demasiado idílico, en el que el recién llegado es casi un príncipe azul que lo soluciona todo, está el romance de Johnny y Gheorghe. No es 'Brokeback Mountain', pero es un producto digno e interesante.