El cantante Sergio Dalma acercará este sábado el universo italiano a Málaga con un concierto en el Málaga Auditorium Club (22.00 horas) en el que interpretará canciones de su exitoso álbum Vía Dalma III. Se trata de un conjunto de composiciones heterogéneas pero conectadas por la «reinvención mágica de su voz», una de las más personales y reconocibles del panorama musical latino americano en los últimos 25 años.

El objetivo de Vía Dalma es alejarse de «versiones sin alma», con la idea de que estas canciones pasen a formar parte del repertorio del artista, que tengan su sello y sean reconocibles tanto por la historia de estos clásicos como por la interpretación de Sergio Dalma. Esta nueva entrega de canciones italianas reivindica autores de toda la vida y aparecen también títulos contemporáneos, con nombres como Lucio Dalla, Domenico Modugno, Drupi, Toto Cutugno, Matia Bazar, Antonello Venditti, Ricchie Poveri, Gianni Bella, Pino Doggia o Nicola di Bari.

Para el barcelonés, el término clásico, lejos de «antiguo», es sinónimo de música «perdurable», de algo «importante, música relevante». Son canciones de varias décadas, autores y estilos pero todas con el sello propio de Sergio Dalma. «Poderosamente evocadoras», constituyen un «precioso mosaico del mejor pop italiano que en su voz cobran un nuevo sentido».

En el concierto en Málaga el cantante «caminará por su Vía Dalma» ofreciendo al público «lo mejor» de estas tres entregas de clásicos italianos sin dejar de lado parte de esas canciones de éxito que le han acompañado a lo largo de su carrera, como Bailar pegados, Tu y yo y Esa chica es mía, tema que cumple 30 años el próximo año y que supuso la entrada en el estrellato para Sergio Dalma.

Después del rotundo éxito de Vía Dalma y Vía Dalma II, y de que su público le haya reclamado una nueva entrega, Sergio Dalma decidió meterse en este proyecto por la necesidad de completar su homenaje a la música italiana. «Sabía que había temas que se quedaban en el tintero y se lanza a completar una trilogía para deleite de sus fans y de los amantes de la música italiana», sostiene.

Cuando finalice la actual gira de conciertos, que concluirá en diciembre, Dalma se embarcará en la celebración de sus treinta años de carrera musical. Aunque asegura no sertir nostalgia por sus comienzos sino más bien una enorme gratitud. «Tengo la sensación de que han pasado de una forma demasiado rápida y ahora estoy en una edad en la que me apetece ralentizar todo un poco y disfrutarlo de otra manera. Soy de las personas que disfrutan de cada etapa de la vida y si miro para atrás creo que ha valido la pena porque he hecho muchas cosas, y sobre todo, porque sigo vinculado a lo que en su día fue un hobbie y que luego fue mi profesión».

Pese a la experiencia, el cantante confiesa tener el mismo pellizco en el estómago cada vez que se sube al escenario. «Yo siempre digo que lo mejor esta aún por llegar, lo cual te mantiene lejos de la zona de confort, y te permite seguir apreciando y valorando el desafío, el reto. Uno acaricia el éxito cuando arriesga».

Josep Capdevila Querol, conocido como Sergio Dalma, nació en Sabadell en 1964. Desde pequeño se vio muy influenciado por la música, ya que su casa era uno de aquellos hogares españoles donde constantemente sonaba la radio. Sus padres eran treméndamente fanáticos de la música italiana de aquella época.

Inició su carrera musical actuando como vocalista en orquestas y coros. También grabó jingles publicitarios para radio y televisión, con los que obtuvo una enorme popularidad en el sector y le permitió conocer a grandes músicos y productores. En el año 1987 conoció a Josep Llobell, Alex y Chechu Soler, y empiezan a preparar unas maquetas para lo que sería su primer álbum Esa chica es mía (1989) consiguiendo Disco de Platino en España y un alto reconocimiento en toda Latinoamérica. Su segundo disco, Sintiéndonos la piel (1991) contenía la canción Bailar pegados, con la que participó en Eurovisión y comienzó el llamado fenómeno Dalma.