El pueblo sevillano de la Villa de Alanís retrocede en el tiempo y celebra sus jornadas medievales desde hoy hasta el 2 de septiembre, una cita completa de actividades, talleres y un pueblo volcado hasta el más mínimo detalle.

En la plaza del Ayuntamiento el visitante se puede hacer con productos artesanos; más de 100 puestos en los que no falta artesanía del cuero, del metal, bisutería, juguetes tradicionales, plantas aromáticas, puestos en los que hacerse con la gastronomía típica de la zona (chacinas ibéricas, jamones, quesos, aceites..), sentirse un caballero de la época o disfrutar de los pasacalles. Las calles se engalanan con pendones o banderolas y sus habitantes se ponen las vestimentas típicas de la época. Una forma de disfrutar de una villa en pleno medievo. También habrá conciertos medievales en un entorno único como es la Fuente de Santa María, teatros en la ermita de San Juan o carreras a caballos en el castillo.

Los talleres es otro de los apartados importantes de esta cita que acoge talleres de alfarería, instrumentos del mundo, manualidades, danza oriental, elaboración de escudos medievales y de madera durante los tres días. Asimismo, el fuego es un elemento importante en estas jornadas y prueba de ello es que una de las calles del pueblo está tematizada e irradia fuego en cada uno de sus rincones, antorchas, velas pueblan este año que cada noche cobra vida y la convierte en un lugar mágico.

Las jornadas medievales nacen en 2003, una fiesta que busca conjugar historia, patrimonio, arte, espectáculos, animación y gastronomía. Desde entonces, su programa no ha parado de crecer hasta ser una propuesta con contenidos para todos los públicos.

Alanís se encuentra ubicada en pleno corazón del Parque natural de la Sierra Norte de Sevilla, en la Sierra Morena, su fundación como Villa se debe a motivos estratégicos, por ella discurría la Vía Romana de Mérida a Itálica, pueblo afable que cuenta con un valioso patrimonio histórico-artístico, además de una naturaleza salvaje que hará las delicias de todo aquel que la visita. El pueblo más alto de la provincia de Sevilla ofrece unas vistas inigualables de toda la sierra y además cuenta con una gran variedad en bares con una carta amplia en platos típicos de la sierra (calderetas, menudo, productos del cerdo ibérico...).

Tiene varios lugares que visitar llenos de historia. Uno de ellos es el castillo que data del siglo XIV y que fue testigo de los conflictos en época de los Reyes Católicos entre las Casas de los Duques de Medina Sidonia y el Marqués de Cádiz. La iglesia Nuestra Señora de las Nieves es otro de los sitios a visitar; un templo que se divide en tres naves y cuenta con decoraciones del siglo XVII y XVIII.

El retablo de altar mayor es uno de los ejemplares de mayor interés en la arquitectura de retablos del primer tercio del Siglo XVI y en el año 80 es declarado Monumento Histórico Artístico, sin duda uno de los mejores ejemplos de retablos góticos de la comarca.

La ermita de San Juan evangelista es considerada a primera parroquia del municipio y por su arquitectura, todo apunto a que data del siglo XIV.

La ermita de Nuestro Padre Jesús cuenta con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de gran devoción en esta villa; esta talla fue ejecutada en los Talleres de Luis Hernández «entallador», de Llerena (Badajoz) y se comienza en 1588.

La fuente de Santa María se encuentra junto a un antiguo manantial de aguas y del que históricamente se ha surtido la población, allí se erigió un muro frontal con un mural de cerámica en honor a la Virgen de las Angustias, fechado en 1769. Por último, merece la pena visitar la casa de las artes un espacio de trabajo y de creación en una ermita del siglo XIV.