Después de agotar las entradas en la mayoría de conciertos de su nueva gira en teatros y auditorios, con la que recorrió gran parte de las ciudades de nuestra geografía la pasada primavera, Manolo García vuelve a subirse a los escenarios para visitar nueve únicos grandes recintos, como es el caso del malagueño Auditorio Municipal de Cortijo de Torres, donde al cantante acude este sábado (21.30 horas) para presentar las composiciones de su séptimo álbum de estudio, Geometría del rayo, y repasar sobre el escenario buena parte de sus grandes éxitos, como Insurrección, Pájaros de barro o A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando. Su último disco se publicó en marzo y se mantiene desde su salida como uno de los álbumes más vendidos en España.

Manolo García es un género en sí mismo, como también lo eran Los Burros y El Último de la Fila, las bandas que compartió con Quimi Portet y con las que alcanzó una fama ditirámbica en el panorama del rock en castellano. Grabado entre Rhinebeck (Nueva York) y Girona, Geometría del rayo reúne 16 canciones con la firma inconfundible del músico barcelonés -incluida una doble versión de Océano azul-. Es un álbum que García dedica de forma expresa a todos aquellos que no pueden vivir sin arte en cualquiera de sus manifestaciones o modalidades y que no se quieren conformar con la cultura del entretenimiento fácil de nuestro tiempo, una postura vital de la que el cantante siempre ha hecho gala. «Somos un país en el que es necesario propagar el amor a la cultura. Sin ella estamos abocados a un remolino de grisura», aseguraba hace unas semanas en una entrevista.

Hay que remontarse a 2014 para encontrar el anterior material de estudio del artista barcelonés, Todo es ahora, con el que alcanzó los puestos más altos de las listas de los más vendidos de España, con más de 80.000 copias despachadas en un mes, por lo que fue certificado doble platino.

García siempre ha sido un escritor de canciones que presta mucha atención a las letras y muy a menudo suele introducir palabras poco comunes. «Puede que utilice palabras en desuso, pero las palabras se vuelven a poner de moda. La lengua es un vehículo hacia la libertad, al sueño, al viaje. Que la lengua y el léxico esté menguando por los modos modernos, los mails, los whatsapp y todo este lío me da un poco de pena. Yo no voy a cambiar nada, pero tengo derecho a tratar las canciones a mí manera, con el cariño que me da la lengua».