Los hermanos Elías, Aarón, Judah, Cristo, Josua e Israel Vivancos nacieron para bailar. Por si quedaba alguna duda, así han titulado su último espectáculo - Nacidos para bailar-, que llega el 30 de diciembre al Teatro Cervantes. El fenómeno músico-escénico de Los Vivancos ofrecerá una fantasía visual en la que convergen danza, artes marciales, destreza musical y humor. Por si fuera poco, parte de la recaudación de cada actuación irá destinada a ayudar a la Fundación Querer, que trabaja en la educación, investigación y difusión relacionadas con los niños con necesidades especiales derivadas de enfermedades neurológicas. Charlamos con Elías.

¿Cómo es el espectáculo con el que llegan al Cervantes?

Es nuestra tercera producción y en ella hay rock con flamenco sinfónico. Hay mucha energía, es muy divertido y pasan muchas cosas entre danza y música.

¿Cómo definirían su estilo? ¿O prefieren huir de las etiquetas?

Es muy complicado, pero no queremos huir de etiquetas. Llevamos 10 años, desde que empezamos, intentando encontrar una manera rápida de describirnos y aún no la hemos conseguido. Se habla de fusión extrema, pero todo lo que decimos genera más confusión. Al final dices: «¿Qué demonios es esto?» [Ríe], pero cuando ves el espectáculo lo entiendes porque tenemos nuestro estilo propio.

¿Cómo supieron que habían nacido para bailar?

Desde muy niños soñábamos con hacer algo los hermanos juntos: una orquesta, un circo, una película... No sabíamos qué, pero sabíamos que teníamos que hacer algo juntos. Al final, este espectáculo tiene algo de circo, ballet, música, cine...

El ser hermanos, ¿facilita o complica la relación laboral?

Que seamos hermanos es básico. Lo que hemos hecho no lo habríamos hecho si no fuéramos hermanos. Es verdad que al ser familia hay unas rencillas o roces que no tendrías con otros compañeros, pero cuando las tienes te acercan más porque te afecta en lo personal. El balance, en general, es muy positivo porque tenemos un sueño común y nos entendemos muy bien.

¿De dónde les llega la inspiración?

De muchas fuentes. A mí me gusta empaparme de distintos estilos de arte. Recientemente, buscando inspiración para un nuevo proyecto, he estado investigando sobre Dalí y de ahí surge una idea para una coreografía, música... Nos basamos en un abanico muy amplio. Desde Michael Jackson a Rostropóvich, Madonna...

Habla de Dalí, ¿será surrealista el próximo proyecto de Vivancos?

Siempre hay un toque surrealista en Los Vivancos [Ríe].

¿Se ven juntos a medio y largo plazo?

No es fácil. Cada día es una aventura. El mundo de la danza y cultura no es fácil, ni tampoco mantener una compañía en gira y una empresa de hermanos. Pero surgen proyectos y estamos en un momento buenísimo.