La banda madrileña Rufus T. Firefly ha afianzado su hueco como imprescindible del panorama neopsicodélico nacional. Ahora presentan los frutos del trabajo bien hecho en la Sala La Trinchera.

Querían unir dos referencias muy importantes: por un lado el rock de Pink Floyd y Led Zeppelin, y por otro, el aspecto más electrónico y digital de grupos como MGMT, Apparat o Tame Impala. Desde Río Wolf (2016), Rufus T. Firefly (ahora van a dúo entre dos personas: Víctor aporta la voz y la guitarra, mientras a un lado, pero en la parte delantera, Julia toca la batería con una pegada formidable) envuelven sugerentes textos en ritmos de la década de los 70 y teclados de herencia progresiva. No pasan desapercibidos los pasajes psicodélicos, que llevan todas sus canciones a una dimensión onírica y alucinógena.

Rufus T Firefly lanzaron el año pasado Loto (LagoNaranja, 2018), el disco que siguió a Magnolia (LagoNaranja, 2017). El resultado han sido tres intensísimos años de gira, bautizada como Magnolia-Loto, que encara ahora su recta final con varias fechas, tras haber tocado en el Madcool de Madrid, el O Son Do Camiño o el Festival de Les Arts, entre muchos otros. La banda liderada por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro presentará sus dos últimos trabajos, cerrando con esta gira una etapa conceptual antes de volver a experimentar en busca de nuevos caminos musicales. El colofón final lo pondrán el 13 de abril en La Riviera de Madrid.

«Planteamos los conciertos como una especie de viaje. Queremos que la gente que venga a vernos se meta dentro de sí misma durante la hora y media de concierto. También que el espíritu que tiene nuestros discos, de viaje interior, lleve a la gente a pasar un rato agradable y se olvide de dónde está», comentan los integrantes del grupo cuando se les preguntan por las intenciones de su versión live. Así que vayan a La Trinchera, abróchense los cinturones, abran sus mentes y dispóngase a viajar.