Factoría Echegaray ha estrenado esta semana Mi querida Mori, un «trozo de vida» que ambientó el dramaturgo, poeta y director fallecido Nacho Albert en el Japón de la Segunda Guerra Mundial en el instante de una de las mayores catástrofes de la humanidad. Estará en escena hasta el 12 de mayo.

Estamos en el 6 de agosto de 1945 y en una céntrica calle de Málaga se reproducirán los paneles de papel japonés, los faroles y el tatami de una casa de Hiroshima. Factoría Echegaray estrena esta obra en la que Sofía Barco se mueve con la elegancia de una geisha ataviada con un kimono y Luis Centeno encarna a un compungido diplomático que recuerda a su esposa fallecida en esta tragedia moderna que produce la incubadora municipal y que ha preparado con mimo y delicadeza Paco Bernal, íntimo del fallecido Albert.

Mi querida Mori sube por primera vez los telones del Teatro Echegaray a las 20.00 horas de este martes 30 de abril y se quedará allí hasta el domingo 12 de mayo. Bernal se ha rodeado de un equipo de primera para cincelar una obra cargada de «poesía y esgrima vital», una historia que transcurre entre juegos de té, rituales orientales y gestos que revelan o disimulan recónditos deseos, han precisado .

Esta obra, según su director, es «una pieza plena de vínculos ocultos y subtextos que levantan un edificio poliédrico, un trozo de vida que se deshoja y despliega ante nuestros ojos». El también dramaturgo cordobés cuenta con el apoyo de Sergio Rubio como ayudante de dirección, la labor del escenógrafo Miguel Ángel Ramos y la música de Miguel Olmedo para dar sustrato al «conflicto soterrado entre la armonía y el deseo, entre el dolor y el olvido» que sobrevuela la trama.

Nacho Albert escribió el guion teatral de Mi querida Mori basándose en Sol naciente, un relato firmado por él y José Lobillo que se incluyó en el libro Calendario de amantes y sombras, premiado y por la Diputación de Cáceres.