Lucía Álvarez, La Piñona, es uno de los grandes nombres del baile flamenco de estos días. Su espectáculo Emovere está siendo toda una revelación y este sábado llega al Auditorio Edgar Neville, de la Diputación de Málaga, dentro de la Bienal de Arte Flamenco.

«Emovere, palabra que procede del latín (movimiento hacia el exterior o ponerse en movimiento) da nombre a éste espectáculo que nace a partir del impacto que tienen sobre mí ciertas emociones que trato de plasmar a través de mi cuerpo y las herramientas de las que me rodeo. Toda emoción tiene una consecuencia y ésta es el movimiento. No concibo lo uno sin lo otro... Todos mis años de carrera; todos los conocimientos y experiencias adquiridas hasta ahora se transforman en un testimonio, el mío. Emovere nos pone en marcha a todos y nos ofrece diversos olores, sabores, texturas y colores que te harán salir de tu estado habitual y te permitirá vivirlo en primera persona», explica la bailaora de Jimena de la Frontera.

El baile de La Piñona es, según los expertos, elegante, novedoso, con ingenuo y desde la humildad. Ella misma lo confirma en una reciente entrevista en Aforo Libre: «Sería osado decir que aporto algo al flamenco. Yo hago lo que siento, y lo hago para servir, no para demostrar. Quizá mi sinceridad en el arte sea mi grano de arena».

La Piñona es una bailaora diferente porque, dicen, no pertenece a escuela alguna. Tampoco se parece a ningún otro intérprete. Su baile es personal y no está influido por tendencias ni modas. Ella marca su propio compás. «No he tenido un solo maestro, esa persona que te enseña y que además te guía en tu camino, cuando empiezas a tomar contacto con el mundo, a trabajar, a relacionarte... Así que me busqué la vida yo misma», asegura Lucía. Y la ha encontrado, desde luego.