Los catalanes Green Valley se muestran pletóricos en su más reciente álbum, Bajo la piel, «puede parecer pop por los estribillos, pero sigue siendo puro reggae», según su cantante, Ander Valverde, que lleva 15 años cultivando los ritmos jamaicanos y no piensa dejarlos, «y menos ahora que el reggae está en la cresta de la ola en España». Presentan el disco este fin de semana en la Sala París 15.

Nueve años de Rototom en Benicasim (Castellón), el festival más importante de su género en Europa, «ha permitido ver de cerca a los mejores y eso ha hecho fuerte a la escena de reggae nacional», señala el músico vitoriano afincado en Barcelona. «Aunque en España siempre ha habido reggae», matiza, y recuerda a Potato, banda gestada en su Vitoria natal en los ochenta y referente de Green Valley, la banda que Ander Valverde y los suyos crearon en 2001. Desde entonces han editado seis discos, el último, Bajo la piel.

Ander se ha inspirado en su reciente paternidad para el nuevo repertorio. Lo ha titulado así porque los temas le han salido «desde dentro». Dice que el nuevo álbum es «quizás el más personal», ya que antes se centraba básicamente en las letras y en esta ocasión también ha compuesto muchas de las músicas. Su hijo le ha transmitido «buen rollo» y el disco ha salido «luminoso; incluso algunos dicen que demasiado, teniendo en cuenta la que está cayendo», pero Ander cree que «en los tiempos que corren es bueno encarar las cosas desde el lado positivo». «Si quieres hundirte, siempre puedes escuchar death metal, yo prefiero luchar desde la mirada constructiva», añade.

Pero el músico no abandona su faceta comprometida y el primer tema del disco, Donde irán, es un canto a las personas que cruzan el Mediterráneo buscando una oportunidad y va acompañado de un fantástico videoclip grabado en Barcelona, Sevilla y Senegal, y de un documental protagonizado por dos inmigrantes que «aborda el tema desde el lado de la superación personal». Ander Valverde es un humanista que intenta «hacer cosas guapas desde la música» y se siente feliz cuando la gente le dice que su música les ha ayudado a ver el mundo de otra manera: «La música te puede hundir, pero también te puede levantar. Yo prefiero usarla para levantar, porque su fuerza está demostradísima».