Lágrimas de Sangre (LDS) es una banda de rap combativo, que bebe de estilos más allá del hip-hop, como el rock y el reggae. Su más reciente disco, Vértigo, les traerá este viernes noche a la Sala París 15.

«Venimos de ser un grupo de amigos de El Maresme. Nunca hemos fichado por una gran discográfica y nuestro proyecto simplemente creció. Nos vimos de repente metidos en la industria musical, haciendo conciertos cada vez con más público. Ahora todo el mundo nos conoce y habla de nosotros. Nos hemos convertido en personas públicas», aseguro en una reciente entrevista con la Agencia EFE Jordi Estivill, integrante de la banda.

«Parece que antes había más represión, pero al contrario, se podían decir muchas más cosas. Ahora tienes que ir con más cuidado con lo que dices o por cómo lo dices, porque cualquier día te aparecen en casa y se te llevan», afirma el cantante. En sus letras, la banda de rap «no se deja nada que no se quiera decir», pero sin embargo, según afirma Estivill, «no es especialmente incendiaria con sus letras», algo que se hace por «responsabilidad» y por «autocensura». «Decimos lo que pensamos pero de forma más metafórica», declara Estvill, que considera que «hay que vigilar» y pensar «en la gente a la que se llega» con un discurso determinado.

La banda, que sufrió uno de sus peores momentos en 2017 cuando uno de sus miembros fue acusado por violación, es consciente del daño que pueden hacer determinados mensajes a través de redes sociales y de lo difícil que es estar «en el punto de mira»: «Se inventaron historias y difamaciones sobre nosotros que volcaron en internet aprovechando un momento muy sensible de la sociedad. Todo esto se convierte en una bola en la que la gente no distingue, se lo come todo», afirma Estivil, que reconoce que fue un golpe muy duro para el grupo y que tuvieron que «parar durante un tiempo para asumir todo lo que estaba pasando». La banda puso una querella contra las cuentas de Twitter que lanzaron las acusaciones y el caso está en la actualidad bajo secreto de sumario en el juzgado de instrucción número 9 de Barcelona, pendiente de resolverse.

Y es que la fama, estar en el punto de mira, la libertad de expresión y la critica social, junto a otros temas, son precisamente los que se han volcado en las letras de Vértigo, un disco que Estivill define como «más personal» y como «brutalmente sincero», en el que la banda ha expresado sus sentimientos frente al éxito musical.