Con una advertencia como título (Vamos a volvernos locos), «que también puede ser una llamada a la acción», según Abraham Boba, cantante del grupo, llega el esperado tercer álbum de León Benavente, producido y grabado por el propio grupo en el estudio de su bajista.

Vamos a volvernos locos quizá sea el disco en el que habéis empleado más tiempo, aprovechando el tiempo libre que os dejaba Nacho Vegas [forman parte de su banda].

Sí, sin duda. Yo creo que en el que más hemos estado en nuestras vidas de músicos, tanto de León Benavente como por separado. Estuvimos haciéndolo en el estudio de Edu, el bajista, y tener un estudio a tu disposición supone una ventaja porque le puedes dedicar mucho tiempo. Estuvimos 90 días solo de grabación; de preparación bastantes más, y eso al final tiene algo obsesivo que hay veces que te lleva a darte cabezazos contra la pared, pero al final el disco está como está por el proceso que ha llevado . Está claro que esos días son necesarios.

¿Cuál podemos decir que es el punto de partida de Vamos a volvernos locos?

Nosotros, como punto de partida siempre nos ponemos a intentar hacer un disco distinto al anterior. Sabíamos que contábamos con bastante tiempo para prepararlo, tiempo de estudio, tiempo para investigar en formatos de canciones, y esa era la idea inicial. Queríamos explorar algunos terrenos que habíamos abierto en algunas canciones de otros discos, y profundizar un poco más en eso, y luego probar cosas que nunca habíamos planteado en discos de León Benavente, como pueden ser canciones más bajas de revoluciones.

Ciertamente, una de las sorpresas fue La canción del daño.

Sí, La canción del daño o Tu vida en directo, la que cierra el disco, o Mano de santo, que es un medio tiempo. Uno de los puntos fuertes de León Benavente es que siempre nos planteamos cómo vamos a hacer una canción en directo, cómo va a sonar, en qué contexto está hecha, y claro, la gente, la primera idea que se le viene a la cabeza de León Benavente, esos conciertos salvajes y avasalladores y todos esos adjetivos que tienen que ver con las revoluciones rápidas y con la fuerza y todo esto, pues recurrir a tiempos medios, a cosas que parecen baladas para nosotros, decíamos: «¡Uh! ¿Esto cómo lo vamos a incluir en el repertorio?». Pero luego nos dimos cuenta de que es llegar a la fuerza a través de la emoción. Quizá también nos permite en los conciertos que sean más montaña rusa, que siga habiendo esa cosa salvaje, pero también que haya otros momentos más introspectivos que no por ser lentos van a ser lánguidos o faltos de vida.

Las canciones menos revolucionadas de las que hablábamos antes mantienen el diente afilado tan propio de León Benavente , pero podría dar la impresión de que hayáis querido desembarazaros del sambenito de grupo de rock protesta, y también la situación se supone que ha cambiado.

La situación ha cambiado menos de lo que quisiéramos, creo. Los motivos de queja y de insatisfacción siguen siendo parte de nuestras vidas; quizá en este disco tenga más que ver con ese desasosiego de puertas para adentro, más del individuo que de la comunidad. La canción política se puede hacer de diferentes maneras, y creo que en el fondo este disco no deja de expresar una visión política del signo de los tiempos, y quizá lo haga más desde el punto de vista del individuo. Igual son canciones que hablan menos de la política, pero no por eso son canciones menos políticas.

En Como la piedra que flota os referís a ese mundo que está viejo y necesita un cambio, como la frase de El Gatopardo de Lampedusa. ¿Desconfiáis del mundo moderno?

No hay que irse tan lejos. Dentro de nuestras propias fronteras tenemos claros ejemplos de vueltas al pasado que parecían imposibles. Yo prefiero ver las cosas con un poco de optimismo; tampoco me gusta anclarme en el pasado, decir que fue mejor. Creo que hay que vivir los tiempos que corren e intentar cambiarlos, vivir de la forma que te permita no hundirte con todo lo que hay alrededor. Prefiero quedarme con una actitud optimista.

¿Qué habéis querido reflejar en el título Vamos a volvernos locos? ¿Tratáis de advertir sobre algún peligro inminente?

Es una frase que tiene esa doble lectura de invitación y de advertencia. Siempre me han gustado las dobles interpretaciones y lecturas de frases como esta, que puedes escucharla en boca de diferentes personas a lo largo del día. Hay alguien cercano a mí que dice algo parecido. Me hace mucha gracia cuando se usa de una manera y cuando se usa de otra.

También puede interpretarse como una llamada a la acción.

Sí, por eso. Invitación y advertencia.

¿Podría decirse que Vamos a volvernos locos es un disco para los niños perdidos o un poco desencantados?

Bueno, no me gustaría que solo se dirigiese a un tipo de persona que necesite escucharlo. Los discos están ahí para que cada oyente los haga suyos, y eso es precisamente una de las cosas más bonitas y de los grandes misterios que tienen las canciones, que puede haber gente a la que la misma canción le alegre el día, y gente a la que se lo amargue, y que se alegre de estar amargándose. O gente que prefiera estar bailando sin parar. Este disco de León Benavente transita muchos caminos como para dejarlo sólo en que sea para escucharlo de una determinada manera o exprese sólo una emoción o una idea.

Ya era difícil antes, pero ahora lo es aún más etiquetar a los nuevos León Benavente. ¿Consideras que después de 3 discos ya habéis conseguido un sonido propio?

Eso espero, es lo que intentamos. Siempre intentamos que cada disco sea distinto pero siga manteniendo la identidad, y sobre todo lo que pensamos es en hacer un disco mejor.