Más de treinta años avisando de que llevan chanclas, evitando pisotones aquí y allá, dando vueltas al mundo con el agropop como única bandera. Fieles a sí mismos, paso a paso, ajenos a las modas y con medio centenar de conciertos por temporada. Son No me pises que llevo chanclas y están de vuelta con nuevo disco: Rock con tomate. Lo presentan este fin de semana en La Cochera Cabaret.

El título se refiere a que»el rock entró por las bases de los americanos de Rota y Morón», apunta el vocalista Pepe Begines (Los Palacios y Villafranca, Sevilla, 1967), para luego añadir: «Mi primer disco fue uno de El sonido de Filadelfia y se lo compré a un piloto americano de la base de Rota por 700 pesetas. Eso pasaba rodeado por huertas de tomates».

Tras asegurar que es un «disco con mucha fuerza y más fuerte que el vinagre de Jerez», destaca Begines que aunque en su repertorio a estas alturas «hay de todo», lo cierto es que han «evolucionado más claramente hacia el rock». «Hemos ganado fuerza en directo porque nos va la marcha», apostilla sonriente. Aunque, como siempre, el humor manda, el álbum se abre con El tomate cantante, un alegato desde la huerta contra los transgénicos que Begines explica así: «Podemos decir algo sin perder la sustancia del humor y la sátira. Nos dedicamos a la comedia musicalmente y la comedia siempre ha tenido un gran volumen de crítica. Nos sumamos a la defensa del planeta porque es un compromiso que nadie puede eludir y el granito de arena lo tiene que poner todo el mundo».

A lo largo de los once cortes, hay también reivindicación de los amos de casa -Potaje de garbanzos-, homenaje a todo el rock de Andalucía en general y a Triana en particular -Rockero andaluz- o incluso toda una oda a esa penúltima ronda que tantos problemas ha causado y seguirá causando cuando la fiesta no termina a tiempo.

«La penúltima merecía una canción, es una frase que comprendemos todos y no se había reflejado en el rock n' roll», defiende Begines, quien aprovecha además para afirmar que «vuelve el rock n' roll». «El rock no puede quedar apartado en detrimento del mamoneo y el chunda chunda. Me niego. Mucha gente sigue meneando las caderas con el rock», subraya.

La vida es una fiesta ahonda en esa idea de que «las penas vienen solas», por lo que Begines apuesta decididamente por divertirse con una premisa bien clara: «El rock y el buen humor hacen una fusión explosiva y pueden generar un buen rato que no tiene precio. Nosotros abogamos por la parte feliz de la vida».

Rock con tomate es un disco variado en las temáticas y que, aparte de rock, tiene también toques flamenco o funk. Suena a No me pises que llevo chanclas, en definitiva, un grupo al que «tratan con muchísimo cariño por todas partes», según recalca Begines. «Si me preguntan si quiero ir al Carnegie Hall de Manhattan o a Villanueva de San Juan, me quedo con Villanueva de San Juan porque nos tratan con un mimo espectacular y que no vamos a tener en el Carnegie Hall», apunta. Y aún añade, reivindicándose a sí mismo por encima de esa etiqueta de grupo cachondo que no es más que una reducción simplista: «A mí iba a verme Camarón de la Isla. Pablo Escobar era un gran admirador nuestro. He podido charlar con Brian May de Queen, con Status Quo, Demis Roussos o Luis Aguilé. Yo no sé si todo eso lo sabe la gente, pero yo sí lo sé y me basta con eso».