Es innegable que Tom Cruise tiene en su poder la fórmula de la saga ´Misión Imposible´, que comenzó su andadura en 1996 y que ha dado pie a seis películas desde entonces, y en ese sentido hay que adelantar que el futuro de la misma, al menos a corto plazo, no corre riesgo alguno. De hecho, la respuesta en taquilla en las primeras semanas está siendo abrumadora y el público sigue demostrando su fidelidad absoluta a las nuevas aventuras de Ethan Hunt.

Con semejante panorama hay que decir que este nuevo capítulo mantiene los resortes claves de todos los precedentes, especialmente la acción como espectáculo y el lucimiento del protagonista, convirtiendo la cinta en un viaje sin freno y delirante a lugares, en muchos casos, inéditos y fascinantes. Sin miedo a sobrepasar la línea roja del metraje, que roza las dos horas y media y que se resiente solo en contadas ocasiones, la novedad más llamativa de 'Fallout' es que su director y guionista, Christopher McQuarrie, que ganó el Oscar al mejor guión por ´Sospechosos habituales´, repite por vez primera en la serie, ya que dirigió también 'Misión Imposible. Nación Secreta', una consecuencia evidente de la sintonía entre él y el factotum Tom Cruise. Y si algo queda claro es que la cinta consigue atrapar a su auditorio natural.

La historia se abre paso, sin embargo, con un fracaso, fruto del error de Ethan, que sigue al frente del IMF, de preferir apoyar a infinidad de hipotéticas víctimas en lugar de decidirse por sus más allegados, sufriendo las consecuencias del titanio destructor. No volverá a equivocarse, sobre todo porque se reúne de un equipo de amigos y de expertos en materia de espionaje idóneos para salir airoso. De una primera parte quizás menos brillante y ubicada en París, pasamos a una segunda más entonada y explosiva que nos lleva desde Londres hasta Cachemira, con una secuencia impagable del Preikestolen en los fiordos noruegos. Son imágenes en las que Cruise demuestra que sigue en plena forma, renunciando en ocasiones al doble y que elevan la temperatura ambiental hasta asegurar el entretenimiento.