La veteranía es un grado y si, además, viene acompañada de un equipo de profesionales excelente, sobre todo un reparto que está encabezado por Michelle Williams, Christopher Plummer y Mark Wahlberg, la calidad está garantizada.

Hay que recordar que la cinta tuvo tres nominaciones a los Globos de Oro (las de 'Mejor actriz' y 'Mejor actor de reparto' para, Michelle Williams y Christopher Plummer, y la de 'Mejor director') y aspira a un Oscar por la interpretación del muy maduro Christopher Plummer, que a sus 88 años es ya el actor de más edad que consigue semejante honor.

En su haber hay que recordar que ha tenido que asumir la complicadísima tarea de sustituir a Kevin Spacey, repitiendo todas las escenas en las que aparecía, tras la decisión de los productores de la cinta a raíz de las acusaciones de acoso sexual aireadas por la prensa.

Basada en el libro de John Pearson, ´Dolorosamente Rico: las indignantes fortunas e infortunios de los herederos de J. Paul Getty´, la película desprende en todo momento ese rigor y ese tratamiento impecable de las imágenes del autor de clásicos como ´Blade Runner´ y ´Alien: El octavo pasajero´. Incluso en un relato como éste, que no está en su órbita preferida y que se negaba en principio a dirigir, hasta que el guion de David Scarpa le hizo cambiar de opinión.

Eso sí, subrayó entonces los dos aspectos esenciales que para él consolidaban la trama. Por un lado la funesta influencia del dinero en nuestra sociedad, que es el aspecto dramático, y por otro el tratamiento propio de un thriller que plasma, en esencia, un secuestro llevado a cabo en Italia que conmocionó a todo el mundo en los años setenta y que mantuvo en vilo a la opinión pública por las crueles amenazas de los secuestradores a un rehén adolescente.

Aunque le falta, como siempre, el toque de genialidad que ha restado categoría a su obra, Scott ha efectuado una labor encomiable que sostiene un producto, de nada menos que 134 minutos, que sitúa en primer plano la avaricia y la inhumanidad de un hombre, J. Paul Getty, considerado en su época el más rico del mundo, pero que se negó a pagar un rescate de 17 millones de dólares para lograr la libertad de su nieto. A pesar de que su fortuna se cifraba en más de mil.