La salsa bechamel es el ingrediente principal en diferentes platos. Su elaboración precisa de técnica y paciencia y con la práctica y algunos trucos se puede perfeccionar. En función del plato en el que quieras incluir la salsa bechamel, deberás seguir unos pasos u otros a la hora de elaborarla. Dependiendo si necesitas una bechamel más espesa, por ejemplo, para unas croquetas, o una bechamel más líquida, como sería la que incluimos en una lasaña.

Ingredientes

- Leche entera

- Mantequilla

- Harina

- Sal y nuez moscada

Consigue la bechamel perfecta

A la hora de elaborar la salsa bechamel hay que seguir los siguientes pasos. En primer lugar, tienes que derretir la mantequilla e ir añadiéndole la harina poco a poco. Mientras tanto pondrás la leche a hervir y cuando esté lista tendrás que ir mezclándola con el contenido resultante de la mantequilla y la harina. En este paso, es fundamental ir poco a poco e ir removiendo mientras todo se cuece a fuego lento.

Para evitar los grumos es muy importante que en el primer paso la mantequilla y la harina queden compactas y se despeguen con facilidad de las paredes de la sartén. En este punto, la inclusión de la leche debe hacerse lentamente y sin dejar de remover.

Si lo que quieres es una salsa bechamel más densa podrás añadirle un poco de maicena, para darle consistencia.

Si, por el contrario, necesitas una salsa bechamel más líquida tendrás que jugar con la cantidad de leche que añades a la misma.

Siguiendo estos pasos, tu bechamel quedará perfecta y sea cual sea el plato en el que la incluyas tus comensales se chuparán los dedos.