Arena. Playa. Mar. Agua. Paseo marítimo. Estos ingredientes se introducen en una coctelera y sale Málaga. La Málaga tradicional. La provincia de pescadores. La que tiene incontables kilómetros de costa en su extremo sur. La tierra del pescaíto frito. Y es que son muchos los establecimientos, que en primera línea de playa, sirven este plato tan típico que muchos otros quieren copiar pero son pocos los que lo consiguen. No sólo está en la calidad del pescado, el toque que los experimentados cocineros malagueños le dan al fruto marino es difícil que se lo den los cocineros de provincias del interior.

En Málaga encontramos desde grandes macro cadenas que tratan al pescado con el mimo y cuidado de un pequeño quiosco tradicional de playa hasta chiringuitos que llevan toda una vida con varias generaciones detrás del aceite hirviendo en sus fogones. Mientras se cocine con cariño, el pescado se transforma en pescaíto frito.

Uno de los mayores exponentes de la provincia es la cadena banalmadense Los Mellizos. Dos hermanos que comenzaron con una pequeña pescadería en el centro del Arroyo de la Miel en la calle Las Flores y que a base de su calidad y buen precio han sabido montar una auténtica cadena de restaurantes. Y es que poseen casi una decena de establecimientos en los que su mejor reseña es la calidad el producto. Género en el que cabe destacar que son locales en su mayoría.

También en Málaga se encuentra El Tintero. Este establecimiento es bien conocido por todos por no tener una carta al uso. Usan la subasta del producto. Los camareros salen de la cocina con platos repletos de pescado malagueño recién frito y las mesas van solicitando al gusto. El problema llega a la hora de pagar. Las cuentas van en función a los platos que tenga el cliente en la mesa. Confían en la honestidad de sus clientes, aunque seguro que alguna vez se les ha escapado alguno que haya enterrado platos en la arena de la playa.

Y en otros municipios de la provincia encontramos La Carihuela Chica en Fuengirola y el chiringuito Los Pescadores de Torremolinos.

Con respecto al establecimiento fuengiroleño es un buen lugar para ir con la familia. Está situado junto a la playa de Los Boliches. La gran calidad del género que sirven en la mesa se convierte en su gran atractivo. Su nombre recuerda a la playa La Carihuela de Torremolinos que es uno de los principales atractivos de la costa malagueña. Para ir a comer un domingo es recomendable pedir una paella para compartir entre la mesa y unas raciones de pescado frito.

Y con el regusto a tradición en Torremolinos está el chiringuito Los Pescadores. El establecimiento lleva en manos de la misma familia desde que en los años 60 regentaban un pequeño quiosco de latón en Playamar. Pocos quedan ya así, han ido dejando paso a macizos oscuros chill-out que quitan la idiosincrasia a las playas del litoral torremolinense. Está en la misma ubicación que antaño y el servicio ha ido mejorando año a año. Uno de sus puntos fuerte es que está situado en plena arena de la playa. El pescado fresco del día es lo que hace que cada año los turistas repitan en este singular chiringuito familiar.