¿Alguna vez te has parado a pensar cómo vivía tu ídolo? ¿O has soñado con saber cómo tenían decorado el salón algunos de los artistas más influyentes de la historia? Si la respuesta es correcta no te preocupes, no eres el único.

Son muchas las personas que dedican sus vacaciones a recorrer el mundo en busca de casas de famosos. Pero lejos de las inmensas mansiones de Beverly Hills que puedes ver desde un autobús turístico, existen muchas otras viviendas que convertidas a día de hoy en museo sirven para mantener vivo el legado de los artistas.

Estas son algunas de las casas de famosos más increíbles que están abiertas al público y que ya se han vuelto parte de la historia popular.

Graceland, Elvis Presley

El Rey del Rock vivió en esta espectacular mansión de Memphis desde los 22 años hasta su muerte en 1977. La considerada por muchos como el mejor museo en recuerdo a un artista abrió sus puertas al público en 1982, con el fin a los problemas financieros de la familia y mantener vivo el legado de Elvis. Entre sus salas más famosas están la habitación jungla, el comedor o el salón de los trofeos, donde se puede ver la inmensa colección de premios y discos de oro, platino y multiplatino que poseía el artista.

Paisley Park Studios, Prince

El arquitecto Bret Thoeny diseñó para Prince este imponente complejo allá por 1985. No fue hasta dos años después que Paisley Park se inauguró cerca de Minneapolis, convirtiéndose desde entonces en uno de los estudios de música más grandes del mundo. Pero además de utilizarlo como estudio de grabación, este lugar era una de las casas que poseía el cantante y fue precisamente aquí donde se encontró su cadáver.

Cuenta la leyenda que todas las habitaciones de Paisley Park tenían todo lo necesario para grabar en ellas para que no se perdiese ningún momento de inspiración del artista. Tras la muerte de Prince en 2016, la familia del cantante dio permiso para que los turistas pudiesen visitar el lugar.

Torre rosa, Antoni Gaudí

En el corazón de Barcelona, en pleno parque Güell, se alza la casa del arquitecto catalán más conocido a nivel mundial. La Casa-Museo Gaudí, también conocida como Torre rosa, fue residencia del arquitecto durante casi veinte años. Tiene cuatro pisos y sólo la planta baja y la primera están abiertas al público desde 1963. En este museo se encuentran objetos y muebles diseñados por el propio Gaudí, así como otras de otros colaboradores suyos.

Casa-Museu, Salvador Dalí

Salvador Dalí compró esta choza de pescadores en 1930 en el pequeño pueblo de Portlligat, en Cadaqués. Aunque al principio el pintor quiso que todo en la vivienda fuera "bueno y pequeño", tal y como escribió en su biografía, con los años este lugar se convirtió en su residencia habitual y se extendió hasta incluir cuatro chozas más. De esta manera se creó una estructura laberíntica tan peculiar como su dueño, repleta de obras de arte y rarezas como los gigantes huevos que coronan los tejados de la casa.

Kykuit, John D. Rockefeller

A sólo 50 minutos de Manhattan (en Pocantico Hills) se encuentra la mansión de la familia Rockefeller, una de las más importantes, reconocidas y poderosas de Estados Unidos. Convertida a día de hoy en un museo histórico, en la Kykuit House encontrarás un increíble patrimonio artístico acumulado durante generaciones, repartido en sus cuarenta habitaciones.

La Casa Azul, Frida Kahlo

El padre de Frida Kahlo construyó en 1904 la casa en la que tres años más tarde nacería la pintora mexicana más influyente de todos los tiempos. Fue en este mismo lugar donde Frida falleció 47 años después, convirtiéndose poco después en una casa-museo que a día de hoy permanece prácticamente como la dejó la artista. Su silla de ruedas puede verse aún junto a un cuadro inacabado de Stalin y su ropa aún permanece en el armario.

Mani Bhavan, Mahatma Gandhi

Un colchón en el suelo, un escritorio y su icónica rueca de hilar son algunas de las pocas pertenencias que Mahatma Gandhi tenía en su habitación y que se conservan en su estado original. Pese a esta austeridad y falta de lujos, la habitación de Gandhi se encontraba en Mani Bhavan, una mansión de Bombay perteneciente a la familia de un amigo y en la que vivió desde 1917 hasta 1934. Está considerada como el punto focal de las actividades políticas del pensador que cambiaron la historia de la India.