Hay pueblos de España en los que el tiempo parece haberse detenido en la época medieval. Y no porque vivan anclados en el pasado. Todo lo contrario. Muchos han conseguido guardar hasta la actualidad un patrimonio excepcional que bien merece una visita sin prisas.

Por eso, te proponemos un viaje al Medievo mejor conservado de nuestro país. Murallas, castillos y monasterios que dejarán a todo visitante con la boca abierta.

Morella (Castellón)

A más de 1.000 metros de altitud, el castillo de Morella -con plaza de armas, aljibe y torre Pardals incluidos- es uno de los tesoros de Castellón. No importa la época del año en la que te dejes caer por el Maestrazgo, esta localidad de unos 2.500 habitantes sigue teniendo muy presente su pasado medieval. A todo ello hay que sumar una visita a la Iglesia Arciprestal Santa María La Mayor, una joya gótica reflejo del poderío de este emplazamiento hace siglos.

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Pedraza (Segovia)

La provincia de Segovia en general y Pedraza en particular rezuman historia y gastronomía. A apenas una hora desde Madrid, este pueblo de calles empedradas es una de las joyas medievales de toda Castilla y León. Bajo el control del linaje de los Condestables de Castilla durante varios siglos, hoy el núcleo histórico de Pedraza está declarado como Conjunto Monumental desde el año 1951. Además, Pedraza fue hasta bien entrado el siglo XVII un importante centro de elaboración de paños de lana de oveja merina, desde donde se abastecía a ciudades como Florencia y Brujas. Hoy, experimenta una vibrante vida cultural con eventos como los Conciertos de las Velas y una seductora oferta gastronómica.

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Alquézar (Huesca)

Encaramada a 660 metros de altitud sobre una sierra paralela al Pirineo, Alquézar se ubica en un impresionante paisaje de calizas y barrancos modelado por el río Vero. En lo más alto se halla su castillo-colegiata, declarado Monumento Nacional en 1931. El pueblo tiene todo el encanto del mundo, con un sinfín de callejuelas y pintorescos rincones donde perderse. De hecho, la arquitectura y trazado medieval de su casco urbano es Conjunto Histórico Artístico desde 1982. Es, además, un destino ideal para los amantes de la naturaleza y del vino, puesto que se encuentra en la comarca del Somontano de Barbastro, tierra vitivinícola por excelencia.

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Peratallada (Gerona)

Visitar Peratallada es como acudir a un museo al aire libre. Este pequeño pueblo ampurdanés, de unos 400 habitantes, goza de un enclave estratégico: en pleno corazón del Empordà, a pocos kilómetros de algunas de las playas más bonitas de la Costa Brava y no muy lejos de la frontera con Francia. Declarado bien de interés nacional, este pueblo es uno de los núcleos de arquitectura medieval más importantes de Cataluña. Conserva su antiguo aspecto feudal, con calles estrechas y tortuosas, con numerosos entrantes y salientes. Lo más impresionante: sus murallas y el foso excavado en la roca. A su atractivo arquitectónico e histórico, se suma una importante oferta de artesanía.

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Montefrío (Granada)

Nuestra propuesta termina en Montefrío y su gran castillo, que sucumbió ante los Reyes Católicos en el año 1486. Pasear por las calles de este municipio granadino permite descubrir retazos de Al-Ándalus. Dentro de su enorme patrimonio histórico, no puede faltar una visita a la Iglesia de la Encarnación y el Hospital de San Juan.

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