Cofradías

Viñeros persevera en su clasicismo

La hermandad gremial, una cofradía de las de siempre, sabe defender a la perfección su puesta en escena como ninguna otra y destaca, en su estilo, cada Jueves Santo

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Hay cofradías nuevas y de rancio abolengo. Cofradías de barrio y cofradías de Centro. De capa o de cola y esparto. Alegres o de negro, fúnebres, de silencio... Se sea de aquí o de más allá, la puesta en escena procesional de una cofradía la define. Imprime carácter. Hace años que Viñeros persevera en su clasicismo. Es una hermandad de origen gremial que hunde sus raíces en en 1487, año de la incorporación de la ciudad al Reino de Castilla. Así que ella, prácticamente mejor que ninguna, puede decir que es una cofradía "de siempre", pese a que su historia viene jalonada por infinitas vicisitudes. Pero ha sabido determinarse en una posición que sabe defender a la perfección y que comparte con toda Málaga cada vez que es Jueves Santo.

Contemplar la estampa del Nazareno, que siendo de Buiza, goza de esa unción de las imágenes del setecientos, supone un ejercicio de contrición, una relación mística, cara a cara, de tú a tú... incluso si el trono de carrete está en una colmada Tribuna de los Pobres esperando, por fin, el paso de cofradías tras casi toda la Semana Santa pasada por agua.

Salía el Cristo de la casa hermandad con la Marcha Real, interpretada por la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir, que pertenece a la corporación y que afrontaba su día más grande y para el que se prepara a fondo. 'Alma de Dios', 'Plegaria a Nuestra Señora de los Ángeles', 'Señor de Carretería', 'La Saeta', 'Plegarias al Nazareno de la Salutación' o 'Santa María de la Esperanza', un repertorio que combinaba marchas tradicionales del género con otras propias de la formación.

Viñeros | Jueves Santo 2024

Ignacio A. Castillo

El trono estrenaba este año la base de los faroles de las esquinas, que le aportaban 30 centímetros de altura y lograban un efecto de mayor proporcionalidad en unas andas que son tan icónicas como complejas para encontrar el necesarios equilibrio en su iluminación. Las guirnaldas de flores de talco, que ya sacó el pasado año, añaden elementos decorativos interesantes bajo el monte de claveles rojos. Lucía en el frontal un bastón corto dorado con crespón negro en recuerdo de Javier Hurtado de Mendoza, fallecido el pasado noviembre. Por este motivo también la Virgen del Traspaso y Soledad salió a la plaza de los Viñeros a los sones de la Marcha Fúnebre de Chopin.

Repertorio exquisito

Pocas licencias para el repertorio de esta imagen que se consolida entre los más exquisitos de la Semana Santa de Málaga. Claro que para ello cuenta también con la inestimable ayuda de la banda de Santa Cecilia de Sorbas, destacadísima en el panorama procesional andaluz desde hace años además. La dolorosa, perfecta, estrenaba una cinturilla bordada en oro por el taller de la propia corporación. El tocado impecable, su corona, las flores que la rodean, el manto que abriga su espalda como a ninguna otra, cada vez más piezas en la candelería... le falta lo que le falta y lo va pindiendo, aunque siga siendo una especie de tabú en la hermandad... y la música. ¡Qué cruceta! Obras de Artola, Braña, Pedro Morales o Germán Álvarez Beigbeder. Precisamente pasaba la Tribuna de los Pobres con 'Cristo de la Expiración', composición sobresaliente de este autor jerezano. Y tomó con 'La Virgen de los Desamparados', de Gándara, la curva para entrar en Cisneros. Y continuó con 'Cristo de la Vera+Cruz ', de Borrego... Y siguió con... marchas que probablemente no se escuchan en ninguna otra cofradía en Málaga, para el deleite de los oídos más educados, tras una espesa nube de incienso de unos orgullosos turiferarios y que tanto han tenido que ver en todo esto.