Otra vez una palabra ajena a nuestro idioma habla de algo que el nuestro ya señala con precisión. La batalla la tengo perdida, pero mantendré la guerra activa. Así que seguiré disparando. Al grano.

El grano lo trae los martes La Sexta, Pedro García Aguado, y 'Cazadores de Trolls'. El programa indaga en el acoso cibernético, en su efecto, en la impunidad de quien se escuda en un perfil falso para hacerle la vida imposible a la persona acosada, humillada y perseguida desde internet. Estos acosadores, troyanos que se apropian de tus datos electrónicos y tienen acceso a fotos, correos, y todo tipo de intimidades en la red, te suplantan y te hacen vivir un calvario colosal.

A partir de ahí tu otro tú puede ofrecerte como reclamo sexual, como una zorra, el caso de Vanesa esta semana, que desea que "me folle un grupo de árabes con fuerza y por todos los lados". Luego, el experto informático, Enrique Serrano, rastrea pistas, teléfonos, redes sociales, correos, y al final, con trampas más o menos ingeniosas, localizan al canalla y tratan de enfrentarlo a su víctima.

Las reacciones varían, pero casi siempre el delincuente niega los hechos. Este es el esquema del programa. Pero me quedo con el presentador, con Pedro García Aguado, el ex Hermano Mayor. Se ha convertido en un experto ante las cámaras. Pone caras cuando la víctima cuenta desgarrada su situación invivible, la anima a que no se calle, a que lo suelte todo, y cuando la víctima se derrumba, zas, ahí entra él pidiéndole que sea fuerte.

Coño, Pedro, si lo has provocado tú. El presentador aprendió las claves teatrales del drama y hacer de él un producto de entretenimiento con final feliz. Cazadores de Trolls cambia de protagonistas, pero es siempre lo mismo.