El zorro Paolo Vasile, desde los ventanales donde otea, huele, decide, y analiza lo que su iglesia le pide sabía que iba a perder, así que decidió ganar. ¿Qué le importa a nadie que siga las guerras que en Mediaset son lo que pase en el país, ya sea en municipios, autonomías, o en las elecciones europeas? Vasile sabía que iba a perder frente a todos, así que decidió ganar frente a los mismos el domingo. Ni puto caso a las elecciones. Por la noche, que es cuando La 1, Antena 3 y La Sexta hervían en su mar de especiales, las cadenas del emporio italiano echaban a su parrilla la carnaza de cada día, sin inmutarse.

Vasile sabía que iba a perder, así que decidió ganar. Cuanto más exageraba sus silencios García Ferreras, más vídeos de los que cagan detrás de los cocos en Honduras emitía Telecinco enfatizando la cruentita batalla entre Colate y la Panto, que dejaron lo del amor y el deseo colgado de una palmera iniciando la nueva trama del despecho.

Por cierto, tengo la creciente sensación, certeza, convicción y seguridad de que Ferreras se me atraganta un poco más conforme consumo citas electorales y "noches históricas", certificadas con su cambio de camisa, que de negro solemne pasa a blanco nuclear. Si antes apenas me llamaba la atención o incluso me resultaba molón y novedoso, ahora me toca la flor. ¿Por qué tiene que dar esas voces, por qué tiene que tensionar lo que no necesita drama sino información, por qué llama a gritos a quien está a su lado -once y cuarenta, y detiene la mano abierta frente a la pantalla, Angélica Rubio, ahora la señala como expulsándola, titular-? El PSOE de Pedro Sánchez se consolida como primera fuerza política. Mediaset, trasegando basura, como primera opción catódica.