'La otra mirada' es el título de una interesante y actual serie que emite TVE todos los miércoles. Sus promotores definen la serie como un intento de centrar la mirada en la figura femenina; y vistos ya unos cuántos capítulos me reafirmo en la idea de que las series redimen a nuestra televisión pública de los últimos años, tan anodina como amarillista y sensacionalista, con unos informativos donde los sucesos sangrientos y el ya desaparecido Rajoy ocupaban la mayor parte del tiempo; con la excepción de la segunda cadena y el mantenimiento del programa 'Historia de nuestro cine', un fresco impagable del cine español desde los años 40 hasta la actualidad.

Y la serie que nos ocupa no puede ser más actual; retrata la sociedad sevillana de los años 20 a través de mujeres adultas y valientes, junto a jóvenes llenas de ilusión que afrontan problemas y retos muy actuales, incluida la historia de una violación, y en un claro homenaje a la institución educativa. La escuela para señoritas sevillanas de aquella época es perfectamente trasladable a cualquier ciudad española.

Artística y técnicamente se le pueden poner muy pocos reparos: interpretación convincente de las cuatro protagonistas (confieso mi devoción por la profesora mayor, insegura y conservadora, que interpreta la magnífica Ana Wagener), ambientación y vestuario perfectos, guion y diálogos interesantes, y una fácil trasposición a la sociedad española actual que, para bien o para mal, ha coincidido con los lamentables sucesos protagonizados por «la manada» en los sanfermines de hace dos años, y su discutida y discutible sentencia definitiva que tanta polvareda está levantando.

Y no es de menor calado una de las historias de ese mundo femenino, la incursión en el mundo homosexual femenino en una época y una ciudad donde la transgresión sexual era impensable; plena actualidad al coincidir estos días con las celebraciones del conocido como Orgullo gay, visualización de las reivindicaciones del colectivo LGTBI todavía con asignaturas pendientes, a pesar de ser nuestro país el pionero en los matrimonios homosexuales que legalizara el hoy tan denostado presidente Zapatero.

Pero el tema central de la serie es la educación en general, y la femenina en particular, que consiguió altas cotas de concienciación, y que sufrió un lamentable retraso durante los cuarenta años del franquismo, llevando a las mujeres a las categorías de floreros, y sustituyendo las enseñanzas progresistas por las que obligatoriamente impartió la conocida como Sección Femenina.

Estas series requieren un tratamiento riguroso porque hablan de nuestra reciente historia; 'La otra mirada', con alguna concesión comprensible, logra su objetivo y nos enfrenta a los avances y logros de la sociedad española, fruto en gran medida del combativo sector femenino que sigue demostrando un empuje y una fuerza capaces de hacer tambalear hasta a una Justicia todavía muy técnica y conservadora.

Los españoles leemos poco, y es precisamente en los libros donde se encuentra el camino para ir evolucionando; y por ello es tan importante que el cine y la televisión, medios seguidos por grandes públicos, suplan a los libros en la formación de millones de espectadores. Sucede como sucedió con el gran Joan Manuel Serrat (el miércoles, por cierto, cantó en Alicante) al poner música a los poemas de Antonio Machado y Miguel Hernández, y acercar a millones de personas al conocimiento de los que probablemente sean los mejores poetas de la literatura española. Por todo ello recomiendo la visión de La otra mirada que por suerte parece que nos acompañará durante todo un verano en el que el teatro será el gran ausente. Una pena.