Confieso que estoy enganchado a 'Arusitys'. Justo es reconocer que 'La Teletulia' que Arús ofrece diariamente en La Sexta tiene mucho que ver con lo que debiera haber sido en su idea primigenia 'Zapeando'. Sin embargo, el formato no cuajó, sus colaboradores fueron sustituidos y el programa de sobremesa derivó en el poderoso artefacto que es hoy. De ahí que lo curioso sea que ahora haya aterrizado en la misma cadena su "homónimo", completando el único trozo de la parrilla disponible de la cadena, el de la primerísima hora de la mañana.

¿Por qué me atrapa 'Arusitys'? Porque va como un tiro, engancha desde el primer al último minuto, sus colaboradores cuentan con la complicidad que dan los años y el tiempo de ocio y de trabajo compartido, ni van de graciosos ni son profesionales del humor, y porque da la sensación de que más que fruto de un guion, lo que sucede en el plató es consecuencia de una espontaneidad absoluta. Es el formato el que funciona y todos confían en él y se dejan llevar.

'Arusitys' se extiende durante casi cuatro horas hasta las once de la mañana. Pero en absoluto es un bucle que se repite cada media hora. Ni siquiera durante las seis conexiones que se establecen con la redacción de La Sexta para repasar las noticias existe repetición alguna. Allí está Paula del Fraile, poderosa, imprimiendo su personalidad a cualquier matiz (como cuando el viernes anunció las novedades relacionadas con María de los Dolores de las Cospedales), algo impensable en otras redacciones.

Si tenía algún prejuicio ante Arús, ha bastado frecuentarle cada mañana para que éste desapareciera. Una vez abducido noto que me faltan horas para seguirle.