Me entero de que Raphael ha tenido que suspender un concierto en no recuerdo dónde por problemas de salud. Lo que no se puede suspender, aunque el artista no mejore, que seguro que ha mejorado, es el castigo que ya se barrunta a lo lejos porque ya vemos que la pantalla lleva días llena hasta los topes de juguetes, lociones para el caballero y perfumes para la señora.

Con la 'Entrañable', el de 'Linares' llega con su cargamento de melosas melodías a La 1. Las fechas de la 'Entrañable' son un pastelazo que hasta ahora nadie ha podido evitar. Con el especial de Navidad de don Rafael Martos el comedor de la casa que lo acoja -yo no estaré en esa lista- se llenará de compromisos económicos de las compañías de discos, no de buena música, no tengo duda.

Además de entrañables, las fechas que nos acometen son 'Señaladas', es decir, fechas 'Tan Señaladas'. Como viene siendo habitual, y así estaba escrito en la historia estúpida de una pública carente de imaginación, este año tocaba especial de Raphael porque el pasado, creo no recordar mal, tocó especial Miguel Bosé, las dos patas del mismo banco que se alternan como se alterna el PP y el PSOE en la gobernanza del país.

Lo de Raphael en Navidad es como el turrón, es como de la familia, es como los malditos, absurdos, y delirantes villancicos, dicen los cursis. Escucho 'El tamborilero' y me tiemblan las patas. Me gusta más la loca del anuncio que dice que está harta de pelar langostinos y abrir mejillones, y por eso compra latas de conserva, que volver a escuchar el ropopompón. Qué pesadilla. Seguro que Eladio Jareño, director de TVE, es un sádico redomado que se regodea con nuestro sufrimiento. Gila, sin más, lo llamaría en esta guerra, cómo no, el enemigo.