Me hace gracia Mónica López cuando dice eso de «no tenemos tiempo para más, nos saltaremos el pronóstico de Europa».

¿Cómo que no hay tiempo en El tiempo? Suena a ironía. Pero si lo único que hay en La 1 a esas horas es todo el tiempo del mundo…

Me explico. Primero y principal: el espacio meteorológico alcanza prácticamente el máximo pico de audiencia, el instante más visto de la jornada. Lo que ocurre es que al ser un segmento tan breve apenas queda registro del mismo en las codiciadas cifras de audiencia.

Segundo, y voy al grano. Cuando resulta que La 1 tiene que sacarse de la chistera un espacio de relleno como TVemos para que su producto estrella de la noche no se emita antes de las once menos cuarto, cuando a TVE no le queda otra que inventarse lo que sea para no dar inicio a su plato fuerte de la noche antes de que acabe El hormiguero, va Mónica López y dice que como no hay tiempo escamotean el pronóstico del tiempo en Europa o donde sea.

Alguien podría pensar que lo que la obliga a ser tan breve es la tertulia de La noche en 24 que debe entrar inmediatamente. Lo que choca con la realidad, ya que han tenido que pasar años, y digo bien, años, para que a los responsables del 24 Horas se les encendiese la bombilla para adelantar este programa, que durante varias temporadas arrancó a las diez y media, obligando a emitir en el canal de información continua relleno de muy variado y prescindible pelaje. Así es que no hay tiempo para El tiempo. El espacio más deseado. Ese capaz de hipnotizar a cualquiera. Menuda paradoja.