RESUMEN DE LA ETAPA

Este sendero utiliza la red de caminos tradicionales de la sierra entre Alameda y Mollina que la Gran Senda de Málaga recorre en su etapa 17. Se ha seleccionado el tramo que se interna en los bosques de pino al sur y el este de la redondeada Sierra de la Camorra, de hecho las zonas más frondosas de esta isla calcárea en medio de los llanos arcillosos.

Hay muy pocos desniveles, y el buen estado de las pistas de tierra hace que sea una actividad muy asequible no solo para la práctica del senderismo sino también para la bicicleta de montaña.

Al tratarse de un sector intermedio de una etapa no hay señalización de inicio o finalización, pero sobre todo el lugar de comienzo es sumamente conocido y fácil de localizar, con abundantes servicios y buenas comunicaciones. Aunque se propone un punto de retorno recomendable, como es un itinerario de ida y vuelta es posible seleccionar cualquier punto para volverse.

Es este un itinerario que permite adentrarse en un mosaico de entornos naturales en medio del mar de olivos y los cultivos de cereales y viñedos.

La isla boscosa en el perímetro del enorme cerro rocoso de la Sierra de la Camorra se ha convertido en un reclamo para la visita de propios y extraños.

El disfrute de este entorno se ve facilitado por la red de caminos y, sobre todo, por el Sendero de Gran Recorrido, que lleva al corazón de un paraje donde es posible llegar a olvidarse de la cercanía de los núcleos urbanos.

Hay dos grupos animales especialmente interesantes en la sierra, las aves y las diversas especies de murciélagos de cuevas o forestales. Es este uno de los pocos lugares en la provincia donde es relativamente fácil ver un córvido de llamativos colores, el rabilargo, que vuela en grupos numerosos muy conspicuos.

El recorrido permite acercarse a lugares de indudable interés histórico, ya sea por los yacimientos romanos o por los escenarios de la vida y la muerte de bandoleros como el famoso José María el Tempranillo.

Lo mejor de la etapa

La Sierra de la Camorra La sierra de la Camorra o de Mollina es una especie de isla rocosa en los inmensos y fértiles llanos de la Comarca de Antequera. Esto ha marcado este achatado cerro como un hito de referencia para actividades inusuales en las cercanías, particularmente para la búsqueda de recursos ligados a la montaña. Entre estos cabe destacar la utilización de las numerosas cuevas para habitación, refugio de perseguidos o actividades deportivas y de exploración.

Hay una treintena de cavidades en total, entre las que destacan la Cueva de los Órganos por su gran desarrollo y por los hallazgos prehistóricos que se complementan con los del Abrigo de los Porqueros o la Cueva de las Goteras.

La sierra está declarada Lugar de Interés Comunitario y cuenta con una interesante vegetación e importantes colonias de murciélagos.

La influencia de la sierrra

Los cultivos tradicionales no pueden prosperar en los riscos de la sierra, pero aún así todavía escalan las laderas como testimonio de épocas pasadas donde la productividad no se medía con los parámetros actuales. Hay lugares donde se intercalan el olivar y el pinar dependiendo de las aptitudes del suelo, como en las cercanías de las lomas de Vergara y del Pegote, componiendo un mosaico que es también muy atractivo para la fauna.

En la marcada frontera entre la sierra y las tierras arcillosas se han instalado caseríos desde tiempos históricos, por ejemplo en la zona de la Capuchina, con algunas ruinas justo en el pie de monte como la Casa de la Cabreriza. Y justo este límite natural es el mejor emplazamiento para las varias explotaciones de apicultura, de modo que las abejas puedan optar a recolectar tanto en el monte como en los secanos.

DESCRIPCION DEL RECORRIDO

En el punto de comienzo elegido hay un poste con flechas direccionales de la Gran Senda de Málaga desde el que hay que seleccionar hacia Alameda. La toma de agua está justo en el comienzo. La alameda está al otro lado de la carretera, y los jardines con menos árboles se quedan a la derecha, así como el carril que lleva al Capiruzón, donde están las ruinas romanas y el restaurante. Un suave ascenso entre olivares lleva a un primer altozano, muy abierto, desde el que se tienen las mejores vistas del día de la Sierra de la Camorra. La parte más alta de la montaña de enfrente es el pico Mollina, con 798 metros, que se ve hacia la izquierda.

Los arbolitos dispersos son en su mayoría acebuches y encinas, mientras que hacia el extremo meridional, a la derecha, despunta ya el pinar al que se dirige el sendero.

A la derecha se incorpora una pista de tierra que es la Ruta del Capiruzón viniendo desde la zona norte de Mollina. Algunas retamas al borde del camino anticipan la llegada a una amplia explanada donde ya hay algunos altos pinos formando una larga hilera norte sur. Nuevas parcelas destinadas a la producción de aceitunas se suceden durante unos metros más.

Se llega así a una de las zonas más curiosas del sendero, con una alargada franja de viejos olivos protegidos entre las manchas de pino de la lomas de Vergara y del Pegote. Con los cultivos a la izquierda primero se atraviesa una mancha forestal tan densa y umbría que solo en los bordes permite la proliferación de arbustos y algunas encinitas. Se repite de nuevo el paisaje de pinar al norte y olivar al otro lado y se emboca entonces a una ancha pista forestal que hace un quiebro brusco hacia el sur. Es esta la variante GR-249.1 Mollina-Humilladero-Fuente de Piedra en la que se escinde esta etapa. Hay un panel indicativo y flechas direccionales que la señalizan. Se ha llegado al kilómetro 2,5 del recorrido.

El sendero sigue en dirección norte por el carril de zahorra pero enseguida hay un desvío por un ramal secundario. La que sigue hacia arriba es la Ruta Roja, no homologada, que sube hasta el improvisado mirador que proporciona un cercano depósito de agua. Luego continúa en busca del Abrigo de los Porqueros, la Cueva de los órganos y la Sima del Soldado.

En cambio, el trazado seleccionado pasa por una zona pedregosa muy abierta con matorral y acebuches y se interna después en un denso pinar dentro del cual se corona un pequeño puerto que marca el punto kilométrico 3,5.

Se atraviesan ahora un olivarito sobre un arcilloso suelo rojo y una prolongación del pinar de arriba, para acceder a una extensa zona de almendros con aspecto abandonado en el que de vez en cuando aparecen bosquecillos dispersos de encinas y algún majano. Aunque hay varios ramales de pistas en el almendral que se van escindiendo, todas confluyen al final, de forma que se pueden seleccionar unas para la ida y otras para la vuelta.

Después de pasar por un terreno muy abierto se desemboca en una pista principal (km 4,5) que es el acceso a una antigua propiedad de monjes capuchinos, con su mausoleo romano, hoy convertida en bodega visitable. Se trata del único cortijo tradicional que está cercano al camino.

Lo que resta es describir un par de suaves curvas hasta tener de nuevo a la izquierda el denso pinar. Aparecen ahora unas cuantas manchas de encinas muy densas en el borde del monte y, cuando se llega a un llano donde suelen aparcar los coches de cazadores y excursionistas, se da por terminado el sendero.

Es posible seguir un poco por la pista hasta dar vista al pueblo de Alameda y al famoso Cortijo de Buenavista, pero se ha preferido terminar en este punto identificable porque de seguir se tendría a ambos lados un extenso olivar. El retorno se realiza hacia el sur y luego al este por el mismo camino de ida.