RESUMEN DE LA ETAPA

Se trata de un recorrido muy montañero que en esta ocasión se ha seleccionado porque corona una cumbre señera con relativamente poco esfuerzo. Hay tres tramos diferenciados de dificultad técnica creciente. La aproximación se realiza por una camino de suave rampa hacia el sur que se interna en el valle densamente arbolado del arroyo Canuto o Zambrano, cuyo cauce seco cruza hasta seis veces. Después viene la subida hasta el Puerto del Canuto, en el que la vereda se torna bastante más pendiente y con firme inestable debido a las piedrecitas sueltas.

Por último, la llegada a la cumbre del Pico Jabalcuza (o Abracuza) se hace por una cuerda rocosa que tiene el piso bastante irregular. Todo ello hace que se estime la dificultad en un intervalo medio. El desnivel es importante y el ambiente es plenamente de sierra, pero merece la pena realizarlo en condiciones climáticas favorables, sobre todo por la contemplación del paisaje. Para el regreso se utiliza el mismo camino.

LO MEJOR DE LA ETAPA

Es difícil cuantificar el valor de una actividad senderista, pero el de esta es muy alto por singular y recomendable. La esencia de este recorrido es realizar un paseo muy montañero a pocos kilómetros del área metropolitana de Málaga y el aeropuerto internacional, con el ascenso a un pico importante. A pocos metros del trajín urbano una suerte de frontera natural introduce al caminante en un umbrío bosque, conservado merced a la existencia de los montes públicos de los tres municipios que comparten esta pequeña sierra.

Recorrer estos parajes hace posible conocer una especie de isla de alta diversidad de fauna y flora. Mientras que poco a poco el encinar primigenio recupera sus dominios, el matorral y el sotobosque del pinar albergan un nutrido elenco de especies propias de la vegetación mediterránea adaptada a los roquedos calcáreos.

Por fin, el paisaje desde la cumbre abarca gran parte de la provincia de Málaga, desde las sierras de la Axarquía hasta el Arco Calizo Central. A la altura ganada con respecto al fértil valle del Guadalhorce y la bahía de Málaga con su cinturón de ciudades se une la escasa distancia lineal para proporcionar una excelente vista del conjunto.

UN MIRADOR EXCEPCIONAL

Desde los 605 metros de altitud del Jabalcuza se domina un vasto territorio, si bien hacia el sur queda cortada la visión del mar por el pico de las Palomas.

Hacia el oeste la sucesión de montañas de la genéricamente conocida como Sierra de Mijas cierra el horizonte, con el Cerro del Moro coronado de torretas, el Cerro del Castillejo con 975 metros de altura y a la derecha el Pico Mijas con 1150 metros.

Hacia el norte el amplio valle del Guadalhorce y sus afluentes muestra un paisaje agrícola muy parcelado y cerrado al fondo por las sierras de las Nieves y del Arco Calizo Central. Al este, por fin, las llanuras y la desembocadura del río en la amplia bahía separan el Jabalcuza de los Montes de Málaga y, al fondo, las sierras Tejeda y Almijara. En los días despejados es posible ver Sierra Nevada detrás, distinguible mejor cuando está cubierta de nieve.

DESCRIPCION DEL RECORRIDO

La coincidencia de dos senderos homologados con sus respectivas señalizaciones de inicio hace que se pueda empezar donde lo hace el sendero local SL-A 50 o 900 metros más arriba, donde acaba el Camino de las Viñas. Desde esta punta de la penúltima etapa de la Gran Senda de Málaga se toma una vereda que asciende suavemente hacia el sur cruzando un olivar, una parte del cual está vallado. Ya se ven delante los roquedos que jalonan el valle y una línea eléctrica que coincide con el camino hasta el puerto.

Justo donde comienza el pinar se pasa al lado de un par de mojones que marcan el límite del monte público de Alhaurín de la Torre, por donde se transitará gran parte del tiempo. El normalmente seco arroyo del Canuto o Zambrano, que hasta ahora había estado a la derecha, debe ser vadeado por primera vez y seleccionar en la bifurcación el ramal menos pendiente para llegar a una amplia zona bastante llana en los Tomillares ocupada por espigados pinos. A partir de aquí el valle se cierra y la vereda se torna más estrecha.

Se vadea el arroyo un par de veces más en una vaguada profunda y muy frondosa, quedando debajo de los tajos del Coto Alarcón, donde están las albarradas de piedra seca más reconocibles. Entonces el sendero se dirige hacia un recodo que hace un afluente del cauce principal y culmina en un altozano que permite por primera vez una buena visión del barranco con los llanos del Guadalhorce al fondo.

Se cruza al otro lado del arroyo, hay un tramo de piso un tanto inestable y se vadea de nuevo en las proximidades de una gran roca. Hay pinos carrascos en la solana y resineros en la umbría por la que se va ahora. Cuando se pasa a la ladera contraria por sexta vez es cuando el camino se torna más empinado y con más piedras sueltas. Habrá que tener cuidado, sobre todo, al bajar.

Tras un nuevo oteadero que invita al descanso los árboles poco a poco van desapareciendo en pos de un denso romeral con coscojas que da paso al puerto del Canuto. Es este un cruce de caminos que hacia la derecha (el oeste) va a los puertos de Torremolinos con el GR, hacia el frente baja a la costa con un PR y a la izquierda sigue subiendo con el sendero local.

Después de ascender un poco por el sendero local hay una bifurcación que se toma a la izquierda puesto que por la otra veredita se llegaría al pico de las Palomas. Es esta una cumbre gemela en el lado sur de la cuerda del Jabalcuza y de similar altitud pero que sí tiene un vértice geodésico.

Lo que resta es realizar una serie de toboganes por la cuerda divisoria de cuencas que deja a la izquierda el arroyo del Canuto por el que se ha subido. En las silladas entre las lomas suele acumularse algo más de tierra fértil y la vegetación se torna más frondosa, pero por lo general es un matorral muy abierto con abundantes carrascas. En uno de esos puertecitos se localiza la Sima del Canuto, un sumidero estrecho pero potencialmente peligroso. Queda un tanto a la derecha del camino y está convenientemente señalizado para evitar caídas.

Un nuevo repunte en el que el camino se desdibuja entre las rocas lleva al punto más alto del día, donde el mojón número 66 del monte público Jabalcuza marca el punto de retorno del sendero.